Miller Bolaños nunca pasó inadvertido. En el césped, su talento era innegable; fuera de él, las polémicas parecían seguirlo como sombra. Hoy, su nombre vuelve a encabezar titulares, no por un gol decisivo, sino por una sentencia: ocho meses de prisión por intimidación.

El fallo se dio en la Unidad Judicial de Daule, tras un procedimiento abreviado donde las pruebas fueron contundentes. La Fiscalía detalló que, la noche del 14 de junio de 2025, el delantero de Guayaquil City habría realizado disparos al aire y amenazado a vecinos de una urbanización. En su vehículo, la policía encontró una pistola Glock y cuatro municiones sin percutir.

Ha estado en varios casos

Al inicio, fue procesado por tenencia de armas, pero nuevos elementos cambiaron la acusación. Hoy, además de la pena.

No es la primera vez que su carrera se ve sacudida. En 2023, en Emelec, su relación con el técnico Hernán Torres se quebró por actos de indisciplina, lo que derivó en su separación del plantel.

Ese mismo año, en la Explosión Azul, rechazó salir de la mano con un niño, exigiendo que fuera con su propio hijo. El video se viralizó y la controversia creció, aunque luego intentó recomponer la imagen compartiendo una práctica con el pequeño.

En 2020, su etapa en Xolos de Tijuana terminó abruptamente por una pelea con Ariel Nahuelpán. En 2011, Liga de Quito lo multó por indisciplina junto a su hermano Luis. Y en 2007, cuando apenas tenía 17 años, un control antidoping positivo lo alejó de las canchas por seis meses, truncando sus primeros pasos en Barcelona SC.

Miller ha marcado goles que hicieron vibrar estadios, pero también ha acumulado titulares que nada tienen que ver con el fútbol. Su historia es un contraste permanente: el crack que brilla en la cancha y el hombre que, fuera de ella, parece jugar un partido constante contra sí mismo.

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