Con la emoción del primer día que pisaron la cancha, jugadores de varios equipos de la liga San Roque, en el centro de la capital, volvieron al lugar donde hace más de año y medio disfrutaban del fútbol cada fin de semana.

No fueron para partidos oficiales, sino para sesiones de entrenamiento, en horarios diferenciados, como parte del plan de reactivación.

Con la mascarilla bien puesta y el carné de vacunación en la mano, a los futbolistas barriales les tomaban la temperatura y les ponían alcohol en las manos, previo a su ingreso al escenario deportivo.

“No había jugado en la cancha del barrio desde que inició la pandemia. Estoy contento de poder hacer lo que más nos gusta”, comentó Javier Acurio. Agregó que será clave que todos los equipos pongan de su parte y respeten los protocolos para que se puedan retomar los campeonatos.

CON PASOS FIRMES

Estos entrenamientos colectivos forman parte de las fases del plan de reactivación que manejan las ligas barriales. Se dan tras cumplir con el retorno de las reuniones dirigenciales presenciales y el arreglo de las canchas.

“Son actividades recreativas, con 25 personas por cada equipo, entre jugadores y cuerpo técnico. No está permitido el acceso al público ni el uso de los camerinos”, detalló Marcelo Vizuete, presidente de la liga. Resaltó que es un proceso voluntario y que ayudará para probar los protocolos de bioseguridad.

“Buscamos el reacondicionamiento físico de nuestros jugadores, con el fin de evitar lesiones cuando se retomen los campeonatos”, indicó Vizuete.

Espera que en enero de 2022 se retome la fase final del torneo, pendiente desde marzo de 2019 por culpa de la pandemia.