Exclusivo
Deportes

Segundo Castillo predica en buses: “Ahora tengo una tranquilidad en Él”
Segundo Castillo reaparece predicando en buses y habla de su nueva paz
En los márgenes del ruido del Monumental, donde los gritos se convierten en himnos y las jugadas se graban en la memoria colectiva de un pueblo, hay un hombre que ha aprendido a escuchar un susurro más profundo. Segundo Castillo, entrenador de Barcelona SC, no solo dirige a su equipo desde la raya técnica. También dirige su vida —y ahora la de muchos— hacia un propósito mucho más alto.
Castillo ha vuelto a reaparecer en las redes, pero no como estratega de cancha o como figura pública del fútbol ecuatoriano, sino como un predicador de esperanza. No lo hace desde un altar ni en un templo de grandes vitrales. Su púlpito es el bus urbano, su congregación son los pasajeros, y su voz —serena, firme, sencilla— es vehículo de una fe que lo ha transformado desde lo más profundo.
El mensaje en el último vídeo de Segundo Castillo
@el.plan.de.cristo La gloria es tuya mi señor
♬ sonido original - El plan de Cristo en mi vida
En uno de los tantos videos que se han hecho virales, Castillo se presenta sin escudos ni poses. "Para mí es una bendición poder estar aquí con ustedes", dice, con el tono humilde de quien ha aprendido que el verdadero triunfo no siempre se celebra con trofeos, sino con paz interior.

Habla de pruebas, de dificultades, de heridas compartidas. Porque sí, también él —el futbolista, el entrenador, el ídolo— ha tenido días oscuros. Pero fue en esos momentos cuando descubrió que Cristo no es una idea, sino un refugio.
"Él es el que nos puede ayudar a crecer", insiste, casi como un entrenador espiritual, ofreciendo herramientas que no están en pizarras tácticas, sino en la Palabra. Lo que transmite no es dogma, es testimonio.
El relato de alguien que ha tenido todo lo que el mundo aplaude, pero que no halló reposo hasta que lo encontró en Dios. "No tenía esa tranquilidad que ahora, estando en Él, la tengo", confiesa con una sinceridad que desarma.
Este no es el Segundo Castillo que impone respeto desde la línea de banda. Es un hombre que se quebró para reconstruirse con propósito. Un peregrino que, sin dejar de ser profesional del fútbol, ha elegido una segunda vocación: ser pescador de almas. Ya no basta con ganar partidos; ahora su misión es sembrar palabra, encender fe, invitar a otros a descubrir que el amor de Dios no se reserva para los templos, sino que viaja en buses.
Recomienda empezar con un versículo, porque en uno solo puede haber toda una revelación. “Cuando salimos de casa no sabemos si volveremos”, recuerda, como quien entiende la fragilidad de la vida. Por eso se encomienda a Dios. Por eso invita. Porque para él, volver cada día a casa y a la fe, es ya una victoria.