En el interior de una clínica de rehabilitación de Guayllabamba, norte de Quito, Miguel Erazo, de 25 años, fue herido con un objeto cortopunzante durante una agresión entre internos. El ataque ocurrió la madrugada del sábado 29 de noviembre y terminó con el fallecimiento del joven, horas más tarde.

Según un informe policial al que EXTRA tuvo acceso, varios internos habrían intentado fugarse del establecimiento y, en medio del descontrol, presuntamente atacaron a otros compañeros que trataban de impedirlo.

¿Qué pasó con el agredido?

Uno de ellos habría sido Erazo, quien presentó heridas en el brazo izquierdo y en el muslo derecho. La víctima salió a la vía pública, donde otros internos lo auxiliaron y lo devolvieron al establecimiento mientras llegaban los equipos de emergencia.

Al sitio acudió una unidad del Cuerpo de Bomberos de Quito. El paramédico y su equipo lograron estabilizar al joven en el lugar antes de trasladarlo de urgencia al Hospital de Calderón.

Cuatro internos detenidos

Minutos más tarde, miembros policiales del Distrito Calderón llegaron al centro de rehabilitación para intentar ubicar a los responsables del violento episodio y conocer más detalles de la agresión.

La Policía informó que el centro de rehabilitación no presentó permisos, registros ni documentos habilitantes. Por este motivo se contactaron con la Agencia Metropolitana de Control (AMC), para que tomaran las medidas necesarias.

Tampoco fue posible contactar a representantes o administradores del establecimiento. En medio de las primeras revisiones, los uniformados obtuvieron un listado simple de internos, pero con esa información no podían identificar a los agresores.

Entonces, accedieron a cámaras de seguridad aledañas, analizaron las grabaciones e identificaron a varios sospechosos que habrían participado en el hecho violento. 

Cuatro internos fueron aprehendidos como presuntos implicados. Ellos tienen entre 24 y 50 años. A la par se confirmó la muerte del joven dentro de la casa de salud. La víctima se habría desangrado.

Al centro acudieron unidades especializadas de la Dinased, Criminalística y Medicina Legal para levantar indicios y cumplir con los procedimientos legales. Mientras avanzaba la investigación penal, la AMC activó operativos administrativos para comprobar y sancionar cualquier tipo de irregularidad.

Confirmaron que la clínica operaba de manera clandestina, sin permisos del Ministerio de Salud ni autorizaciones municipales y por ello se ejecutó su clausura oficial.

¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!