La madrugada del 22 de septiembre, un operativo policial sacudió la tranquilidad del sector Verdes Tamarindos, en el cantón Zapotillo, provincia de Loja. La Policía Nacional, junto a la Fiscalía, irrumpió en una vivienda que ya estaba bajo la lupa de los investigadores por presunto almacenamiento de sustancias sujetas a fiscalización.

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El operativo se desarrolló cuando el dueño de la casa dormía plácidamente, sin presentir que la madrugada se convertiría en pesadilla. Los uniformados, tras un trabajo de inteligencia, allanaron el inmueble y se toparon con una escena que dejó a muchos sin palabras: en el patio trasero, justo en el gallinero, había tierra removida que despertó sospechas. Al excavar, encontraron dos fundas plásticas cuidadosamente enterradas que contenían lo que serían sustancias ilícitas.

El hallazgo estremeció a los habitantes del sector Verdes Tamarindos

El hallazgo no solo confirmó las sospechas de los agentes, sino que también dejó al descubierto la astucia con la que este ciudadano habría intentado ocultar la droga. La estrategia, sin embargo, se derrumbó en segundos ante la mirada de los uniformados, que catalogaron el procedimiento como un golpe certero al microtráfico en la frontera sur.

Según las primeras indagaciones, el implicado se dedicaría a la comercialización de estas sustancias, valiéndose de su vivienda como centro de acopio y ocultamiento. La manera de enterrar los envoltorios en el gallinero demuestra, para los investigadores, un intento de disfrazar las actividades ilegales entre las labores cotidianas de una familia común.

El sospechoso, tras ser despertado por los agentes, fue reducido y posteriormente sometido a la valoración médica de rigor. Más tarde, quedó a disposición de la autoridad judicial para continuar con las diligencias de ley.

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