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Ecuador

Muchos habitantes les ‘tunean’ a los espacios donde descansan sus seres queridos.GUSTAVO GUAMAN

Día de los Difuntos: Los rituales que mantienen vivas las tradiciones en Calderón

En este espacio hay momentos de comunión, reencuentro y nostalgia este 2 de noviembre. Las tradiciones se mantienen presentes por varias generaciones

Eugenia Simbaña y su madre tienden una tela en uno de los caminos del antiguo cementerio de Calderón, en el norte de Quito, para preparar un pequeño ritual en honor a sus familiares fallecidos. Colocan mandarinas, plátano, pepino, botellas de gaseosa y tortillas de maíz. Estos alimentos eran los preferidos de sus parientes antes de partir de este mundo.

Eugenia comenta que este tipo de acto era tradicional para los indígenas antepasados que habitaban en esa zona y otras como San Miguel del Común y La Capilla. Ella y su madre también suelen llevar colada morada para ofrendar a la memoria de quienes se marcharon.

En este cementerio es tradición llevar alimentos como ofrendas.GUSTAVO GUAMAN

Recuerdos y arreglos

En otro espacio del cementerio, Luis Simbaña y una de sus hijas levantan una estructura de metal y madera en forma de cruz encima de una lápida.

Allí permanecen los restos de dos de sus hijos. Uno de ellos murió asfixiado en un incidente a los cinco años. La otra falleció en un siniestro de tránsito.

Para Luis estas fechas son ideales para no olvidarse de sus parientes y recordar los momentos que disfrutaron. El ciudadano, de 68 años, construyó con sus propias manos la cruz y una placa de bronce en la que dejó impregnada una foto de su hija, el nombre del más pequeño y una frase para recordar a ambos.

También llevó fundas de galletas, las que fueron preferidas de sus hijos fallecidos. Estas las compartió con su hija que lo acompañó y ambos elevaron una oración mirando al cielo.

Algunas partes han sido restauradas.GUSTAVO GUAMAN

Un espacio tradicional

Los habitantes de Calderón y sus alrededores que tienen a sus familiares fallecidos enterrados en este cementerio suelen llevar, baldes de pintura, brocas, escobas y adornos para ‘tunear’ a las lápidas.

Raquel Sangoquiza lleva un ramo de flores para dejarlo en la tumba de su hermano, quien murió hace cuatro años. Ella señala que el cementerio ha cambiado con el pasar de los años. Cuando era pequeña, recuerda que la mayoría de restos humanos se enterraban bajo el suelo con cruces de cualquier material.

Con el tiempo se fueron perfeccionando estos arreglos aunque todavía hay lugares en los que se puede ver cruces rotas, tumbas saqueadas e, incluso, en los sitios más inaccesibles de este cementerio se pueden encontrar huesos y un cráneo humanos.

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