El barrio Valle Hermoso, en el sur de Esmeraldas, volvió a ser escenario de dos hechos violentos la noche de este sábado 23 de noviembre de 2025. Dos hombres fueron asesinados dentro de una vivienda, en un ataque que, según los primeros indicios, tuvo el sello del sicariato.

Uno de los fallecidos fue identificado como Jordán Joao Valencia, de 27 años. Del segundo hombre, cuya identidad aún no ha sido confirmada, solo se sabe que quedó tendido cerca de la puerta principal, donde los atacantes habrían descargado las balas antes de escapar sin ser identificados.

Familiares y vecinos, estremecidos, fueron los primeros en enfrentar la escena: gritos, llantos y desesperación se mezclaron con el sonido lejano de nuevas detonaciones que se reportaban en sectores cercanos de la ribera del río Esmeraldas. La Policía Nacional acordonó la zona y desplegó equipos investigativos para levantar indicios, mientras los cuerpos eran trasladados al Centro Forense de Esmeraldas, en la isla Luis Vargas Torres.

El temor permanece en Valle Hermoso, donde la comunidad asegura que desde hace semanas se escuchan balaceras esporádicas que nadie se atreve a denunciar. La muerte de Valencia y su acompañante se convierte así en el capítulo más reciente de una semana marcada por la violencia extrema.

Ocho asesinatos en cinco días: Esmeraldas en estado de alarma

La provincia vive una de las semanas más sangrientas del año. Entre el martes y la noche del sábado, ocho personas fueron asesinadas en distintos sectores, en una serie de ataques que evidencian un patrón de violencia simultánea y selectiva.

El primer hecho ocurrió la noche del martes en la isla Pianguapí, donde un hombre y una mujer que eran esposos fueron ejecutados dentro de su vivienda por sujetos que irrumpieron sin forzar puertas.

Dos días después, el jueves por la tarde, el crimen volvió a golpear con frialdad quirúrgica: una guía penitenciaria fue asesinada en motocicleta en la vía Carlos Concha Torres, en el sector conocido como Los Moteles. Aunque las investigaciones continúan, la Policía presume un ataque dirigido.

La madrugada del viernes, el barrio El Palmar se convirtió en escenario del horror. Una pareja de esposos fue hallada sin vida dentro de su casa de dos pisos, situada a orillas del río Esmeraldas. Vecinos reportaron haber escuchado múltiples disparos antes de que familiares encontraran los cuerpos.

Horas más tarde, otro ataque se registró en la avenida Libertad, donde un hombre fue asesinado en un taller de refrigeración, sumando así una cadena de crímenes cuya brutalidad ha sumido a la ciudad en un clima de tensión constante.

Mientras la Policía intenta establecer conexiones entre los casos, la ciudadanía vive entre la incertidumbre y la angustia. Los ocho asesinatos en solo cinco días han encendido de nuevo las alarmas en Esmeraldas, una ciudad donde el miedo se ha vuelto parte de la rutina y donde cada noche se teme que la violencia vuelva a tocar a la puerta.

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