La mañana de este miércoles 19 de noviembre, un niño de mirada noble y pasos firmes hizo historia en el distrito de Policía Eugenio Espejo, en el norte de Quito. Kevin Manzano, de 12 años de edad, cambió por un día su caja de lustrabotas por el uniforme de la Policía Nacional y se convirtió en “Comandante por un Día”.

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Esta actividad forma parte del proyecto Policía de Barrio, que busca acercar y consolidar los lazos de la institución con los habitantes de los diferentes sectores de la Capital.

Con chaleco hecho a su medida, botas nuevas y la gorra bien puesta, Kevin inició su jornada como todo un jefe policial: pasó lista, escuchó el parte diario y recorrió varias unidades élite como el Grupo de Operaciones Especiales (GOE), la Unidad de Mantenimiento del Orden (UMO) y Aeropolicial. En cada dependencia lo recibieron con honores, mientras él respondía saludando firme.

Una vida dura, pero llena de ganas

La historia de Kevin ha tocado el corazón de policías y ciudadanos. Nació en Latacunga pero vive en Quito con su madre y dos hermanas menores. Estudia solo los fines de semana porque entre semana debe trabajar para ayudar con los gastos del hogar.

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Con sus pequeñas manos ha lustrado miles de zapatos, aunque antes vendió caramelos. A veces enfrenta el frío, otras veces el sol quemante de Quito. Se mueve solo por la ciudad, buscando clientes en varias dependencias policiales, donde ya lo conocen por su respeto, inteligencia y sonrisa.

Los uniformados comentaron que el niño sabe reconocer grados policiales, entiende claves y siente una profunda admiración por los agentes del Grupo de Operaciones Motorizadas (GOM).

La teniente coronel Verónica Llerena, jefa subrogante del distrito Eugenio Espejo, expresó que este gesto es más que un homenaje: “Este tipo de actividades nos acercan a nuestra comunidad. Gracias, Kevin, por ver en nosotros un referente de vida”.

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