En el recinto Unión Bolivarense, en San Miguel de los Bancos, provincia de Pichincha, impulsan el turismo comunitario. Allí, las tareas diarias de las familias, en el campo, se han convertido en experiencias que atraen a visitantes.

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Ordeñar vacas, recorrer senderos naturales, observar aves, aprender sobre miel, injertos frutales y procesos agrícolas forman parte de las actividades que ofrecen a los turistas.

Turismo sin contaminar

Para muchos turistas, esta experiencia es reveladora. “En la ciudad no imaginamos cuánto trabajo hay detrás de cada producto. Aquí uno se siente parte del campo”, expresó Janeth Suqui, de Quito.

José Campos también disfrutó la visita: “Nunca había ordeñado una vaca; aprendí y entendí el valor del esfuerzo diario de la comunidad”.

Brandon Minga, habitante y promotor del proyecto, destaca que todo se realiza bajo prácticas responsables: “Mostramos lo que hacemos cada día, sin contaminar y cuidando el ambiente”.

Naturaleza y sostenibilidad

La comunidad -conocida también como Eco Bolivarense- está formada por ocho familias que, desde hace dos décadas, transformaron antiguas zonas de pasto en bosques frutales y espacios productivos sostenibles.

Hoy cultivan maíz, yuca, papaya, naranjilla, plátano, cítricos, hortalizas y plantas experimentales. La reforestación atrajo nuevamente a numerosas especies de aves.

El agua proviene de un arroyo protegido y las casas cuentan con vermifiltros, un sistema donde lombrices procesan las aguas residuales sin contaminar los ríos. Desde 2018 implementan acuaponía, en la que los peces nutren los cultivos de verduras, cerrando un ciclo limpio y eficiente.

Este modelo ha convertido al recinto en una pequeña escuela vivencial que recibe visitas de universidades y grupos interesados en sostenibilidad, agricultura y turismo rural.

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