La delincuencia volvió a golpear un espacio sagrado para los católicos en Ambato. Una iglesia ubicada en el barrio Santa Cruz, sur de la ciudad, fue violentada durante la madrugada del sábado 13 de diciembre, cuando antisociales forzaron puertas, destruyeron vitrales y robaron equipos de sonido y objetos religiosos adquiridos hace un mes por la comunidad.

Según el testimonio de vecinos del sector, al menos una persona fue vista merodeando el templo antes del amanecer. A un feligrés que se dirigía al rezo matutino le habría indicado que buscaba al sacerdote y luego se retiró del lugar, lo que levantó sospechas.

Minutos después, cerca de las 05:00, moradores comenzaron a notar movimientos extraños y daños en la iglesia. Los delincuentes arrancaron una reja de hierro que protegía un ventanal, rompieron los vidrios y lograron ingresar al interior del templo.

Una vez dentro, revisaron cada espacio y se llevaron los equipos de amplificación y sonido comprados hace apenas un mes, además de objetos religiosos de alto valor simbólico para los fieles, utilizados durante las misas y celebraciones litúrgicas.

La pérdida económica supera los 5.000 dólares, dinero que fue reunido con fondos de las misas, tasas del cementerio parroquial e incluso créditos asumidos por los propios vecinos, quienes durante meses aportaron para mejorar la capilla.

Destruyeron las alarmas

Los moradores denunciaron que la alarma comunitaria no se activó porque los cables de conexión habrían sido cortados intencionalmente por los antisociales, lo que facilitó el robo sin levantar alertas inmediatas.

Desde las 05:15, los vecinos comenzaron a difundir lo ocurrido a través de redes sociales y acudieron a la iglesia para constatar los destrozos. El ambiente era de indignación, impotencia y temor.

Nury Córdova, vecina del sector, advirtió que este robo incrementa la sensación de inseguridad en el barrio. Mariana Córdova añadió que la presencia constante de personas que liban en los alrededores del templo también influye en el aumento de hechos delictivos.

Por su parte, Zoila Jordán, quien reside a tres cuadras del lugar, aseguró que en semanas anteriores ya se habían registrado robos en viviendas cercanas, sin que exista una respuesta policial permanente.

Patricio Núñez explicó que los delincuentes intentaron inicialmente retirar el protector de una ventana, pero al no conseguirlo, se dirigieron hacia la pared contigua a la casa parroquial, donde rompieron un vidrio e ingresaron para sustraer los equipos.

No es la primera vez que la iglesia y la casa parroquial son blanco de la delincuencia. En esta ocasión, los antisociales no lograron llevarse joyas antiguas que acompañan a la imagen de la virgen, precisó Núñez.

Ante lo ocurrido, la comunidad analiza reforzar la seguridad con la instalación de cámaras, alarmas y una mayor organización barrial, frente a la escasa presencia policial en el sector.

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