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Ecuador

Semillas, rituales y danza: Tungurahua celebra la Pachamama y la mujer
Dos encuentros ancestrales destacaron la fertilidad de la tierra y el liderazgo femenino, reafirmando la identidad cultural de Tungurahua.
Bajo un sol radiante, la plaza del Parque Provincial de la Familia, en Ambato, se llenó de colores, aromas y vida. Productores y comunidades rurales llegaron cargados de frutos, tubérculos y semillas, que decoraron un escenario dispuesto como chakana, que simboliza la conexión entre la tierra y la humanidad.
La preparación del espacio resaltó la riqueza agrícola de Tungurahua y recordó la importancia de la tierra como fuente de vida, así como de la mujer rural, guardiana de semillas y saberes ancestrales.

El programa fue el lunes 22 de septiembre, el Gobierno Provincial de Tungurahua celebró el Kulla Raymi, marcando el inicio del ciclo agrícola. Autoridades, estudiantes y comunidades indígenas participaron en rituales, música y danza andina.
El prefecto Manuel Caizabanda señaló: “El Kulla Raymi es más que una fiesta: es un recordatorio de que la tierra nos sostiene y de que debemos protegerla con unidad y respeto”.
La jornada incluyó la coronación simbólica de las ñustas, que destacó el liderazgo femenino y su papel como transmisoras de saberes dentro de la comunidad. En la ceremonia también estuvo Diana Caiza, alcaldesa de Ambato.
Feria de semillas y saberes ancestrales
Un día antes, el 21 de septiembre, el MAGAP organizó la Séptima Feria de Intercambio de Semillas y Saberes Ancestrales, con la participación de más de 800 personas de Tungurahua, Cotopaxi, Chimborazo y Bolívar.
Productores compartieron granos, tubérculos y leguminosas nativas, mientras 50 emprendedores ofrecieron productos con sello AFC. La feria promovió la soberanía alimentaria y la agricultura familiar, con acompañamiento técnico de instituciones públicas y organizaciones internacionales.
El viceministro Marco Oviedo Cajas destacó:“Queremos un desarrollo que combine innovación con saberes ancestrales. La mujer rural es pilar estratégico de cada comunidad y garante de la biodiversidad agrícola”.
El pamba mikuy, comida comunitaria, cerró la jornada, reforzando la relación entre cultura, identidad y respeto a la Pachamama.