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Ecuador

El yachak Alberto Chango realiza ceremonias para que la tierra no siga sufriendo con las movilizaciones.YADIRA ILLESCAS

Yachak de Tungurahua: "La Pachamama llora" por violencia en movilizaciones

Las manifestaciones se registran en tiempo en que se debería agradecer por la vida y la productividad, revalorizar a la mujer y cuidar la tierra

El yachak es mucho más que un sanador. Es consejero, guía espiritual y guardián de los saberes ancestrales transmitidos de generación en generación. En su cosmovisión, se busca no solo el bienestar del cuerpo y la mente, sino también la armonía con la tierra.

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Alberto Chango, yachak de Tungurahua, prepara infusiones medicinales en su centro de sanación. Entre plantas secas y aromas de hierbas, reflexiona sobre la crisis que vive el país. “La maldad va a aumentar cada día, pero lo más triste es que la tierra, nuestra Pachamama, es la que está sufriendo”, expresa con tono sereno.

Movilizaciones dejan heridas

Con preocupación, Chango dice que las movilizaciones sociales, que en teoría buscan justicia, terminan dejando huellas dolorosas sobre la naturaleza. Para él, las protestas no siempre representan el verdadero clamor de la tierra. Al contrario, dejan heridas difíciles de sanar.

“Si de verdad quisiéramos proteger a la tierra, lucharíamos sin violencia, con unidad. Pero en estas manifestaciones se siembra dolor, y quien más sufre es nuestra Madre Tierra”, lamenta.

En la cosmovisión indígena, la Pachamama es madre, protectora y fuente de vida. Por eso duele que, en nombre de la defensa de los pueblos, se la hiera con fuego y destrucción, recalca.

“Los dirigentes indígenas deberían escuchar más a sus comunidades. Aquí en Tungurahua no hemos lanzado ni una piedra, porque somos gente trabajadora y lo que queremos es paz. Debemos unirnos con el Gobierno y con el pueblo. Solo así avanzaremos”, subraya el yachak.

Riesgo de guerra interna

El yachak también observa con inquietud el rumbo de las movilizaciones en otras provincias. “En Imbabura, por ejemplo, hay delincuentes y oportunistas infiltrados. Dios no quiera que esto termine en una guerra civil, porque indígenas y mestizos podríamos enfrentarnos, y eso no puede suceder. Nuestra gente siempre ha sido buena, pero la violencia puede arrastrarnos a todos”.

Unos dos mil manifestantes se congregaron en el centro de Ambato este 29 de septiembre de 2025.YADIRA ILLESCAS

Para él, la verdadera lucha no es entre pueblos ni contra la ciudad, sino por la defensa de la vida en todas sus formas. “La Pachamama quiere igualdad para todos. Si la lastimamos con violencia, nunca vamos a tener éxito como hermanos”.

Tiempo de contradicciones

Las movilizaciones han coincidido con el Kulla Raymi, una de las cuatro grandes celebraciones andinas que marcan el calendario agrícola, en septiembre. Esta fiesta honra la feminidad, la fertilidad y el inicio del ciclo de la siembra, con ofrendas de semillas y rituales en gratitud a la Pachamama.

“Es una contradicción”, dice Chango con tristeza. “En este tiempo deberíamos agradecer por la vida y la productividad, revalorizar a la mujer y cuidar la tierra. Sin embargo, lo que vemos es fuego, destrucción y dolor”. El yachak considera que aún es posible un cambio.

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