Con una mezcla de inspiración cinematográfica, conciencia ambiental y el haber crecido en los teatros, el integrante del pódcast ‘Sí somos’, Adrián Avilés, define su estilo, asegurando que se inclina más por lo que siente que por lo que dicta la industria de la moda.

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En esta entrevista, habla con honestidad y humor sobre su experiencia comprando ropa de segunda mano y lo que significa para él ser un referente a la hora de vestir.

¿De dónde sacas las ideas a la hora de vestirte?

Creo que del teatro. Mis padres son actores, y eso es lo bueno de haber crecido en el teatro. Para mí, el vestuario es la parte de poder transformarse en quien tú quieras ser. Es como… Y, obviamente, en películas como ‘El diablo viste a la moda’ y ‘Sex and the City’, ese tipo de cosas. Crecer viendo ese tipo de referentes y saber que tienes la posibilidad de hacer lo que tú quieras, me encanta. Y saber que tú puedes ser un referente para que alguien diga: “Si ese man puede, entonces yo también puedo”. Eso me encanta más todavía.

¿Qué no puede faltar en tu armario?

Medias, ropa interior (risas). Algo que no puede faltar... camiseta blanca y negra. Sí o sí, tiene que haber, porque te pueden servir y ayudar a resolver cualquier cosa. Los accesorios también, aunque me los compro de segunda. Me gusta porque creo que lo más bacán de la ropa de segunda es que viene con una historia, como que cuenta una historia. Y eso me parece increíble.

Muchos famosos buscan cosas de marca y tú ropa de segunda…

Lo chévere de eso es que uno puede ser ecoamigable, o sea, ayudas al medio ambiente y eres único, porque sabes que nadie más va a tener eso. Cuando te pones algo que es de segunda, es muy poco probable que alguien tenga esa misma pieza, porque no lo compraste en una tienda comercial. Lo tercero es que también te conectas un poco más, porque la ropa de segunda, como es una sola pieza, te conecta directamente contigo, a diferencia de cuando vas a las tiendas más grandes. Pero me encantan los descuentos igual.

Buscando ropa de segunda, ¿qué anécdota recuerdas?

Me ha pasado muchas veces que me ha quedado apretado o se me ve mal. Una vez me pasó que me estaba probando una camiseta -porque por lo general no te la puedes probar, sino que tienes que medírtela por encima- y se rompió. Obvio, la llevé porque no iba a dejar eso con hueco.

¿Cómo describes tu look?

Bueno, creativo, atrevido, excéntrico y súper conectado conmigo. Lo que yo soy en la moda es lo que soy, o lo que soy en ese día, por lo menos, o como me sentí.

O sea, ¿te vistes dependiendo de cómo te sientas?

Sí. Si hoy me siento bien black and white, entonces en ese momento me inspiro y encuentro el look en mi clóset, que es bastante grande.

¿La prenda más barata que tengas en tu clóset?

95 centavos. Y es una camiseta que me costó eso.

¿Estudiaste moda?

Estudié un año en San Francisco de Quito, diseño de moda, y me retiré porque sentía que ellos me enseñaron muchas cosas que necesitaba aprender. Y después dije: “Necesito salir a crear”. O sea, ya no pude seguir.

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