Casi 14 años después de haber sido coronada Miss Ecuador 2011, Claudia Schiess, abrió su corazón y habló como nunca antes sobre los episodios de críticas, presión mediática y acoso que marcaron su reinado. La exreina decidió contar su verdad en el podcast Sincericidio, conducido por Sandra Vinces, Miss Ecuador 2009.

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Durante la conversación, Schiess recordó que, aunque su paso por el certamen le dio disciplina y carácter para enfrentar los medios, también vivió momentos muy duros. “Miss Ecuador me formó, me enseñó a ser puntual, rigurosa… pero también hubo choques, especialmente cuando eres tan joven y no entiendes la magnitud de lo que está pasando”, comentó. 

Uno de los temas que más marcó su experiencia fue el debate en torno a su nacionalidad. Claudia, hija de padre ecuatoriano y madre suiza, nació en Suiza, algo que —según reveló— fue blanco de comentarios malintencionados.

“En mi época me criticaron por haber nacido en Suiza”, recordó, mencionando que en ese entonces se realizó una especie de reality dentro del concurso donde incluso llegó a ser “nominada” por su lugar de origen. La presentadora aclaró que su conexión con Ecuador comenzó casi desde su nacimiento. “A los dos meses ya estaba en Galápagos. Mi vida entera ha sido aquí”, expresó.

Su reflexión se conectó también con lo que vive la actual Miss Ecuador, Gisselle Rosales, quien ha sido cuestionada por su origen cubano. Para Schiess, estos juicios ya no tienen cabida en un mundo donde “todos somos ciudadanos globales”.

Dietas extremas y el impacto del ‘body shaming’

Uno de los momentos más emotivos del episodio llegó cuando Claudia habló del acoso estético que sufrió, incluso estando en su peso más bajo. Confesó que, a pesar de lucir una figura que muchos consideraban perfecta, ella estaba sometida a dietas extremas y prácticas poco saludables.

“Yo no comía nada… me hicieron body shaming y jamás entendí por qué”, relató, asegurando que solo su carácter fuerte le permitió no derrumbarse ante la presión por mantenerse “ideal” para la industria.

Recordó, además, que fue cuestionada por su estatura, peso y hasta por detalles mínimos de su apariencia. “Si no hubiera sido por mi personalidad, no sé qué habría pasado. Era una presión constante”, dijo.

Hoy, a sus 35 años, Claudia asegura que la maternidad la ayudó a reconciliarse con su cuerpo y sanar heridas. “Después de tener a mis dos hijas, aprendí a quererme tal cual soy. Haberlas creado me hizo valorar mi cuerpo de una manera completamente nueva”, confesó con emoción.

Actualmente, además de trabajar en comunicación, se desempeña como presentadora oficial del certamen Miss Ecuador, rol que mantiene desde 2017.

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