La actriz y presentadora Érika Vélez decidió hablar abiertamente luego de atravesar semanas de rumores y críticas, desatadas tras la polémica final de MasterChef Celebrity Ecuador 2. Su desempeño en la gala fue cuestionado en redes sociales e, incluso, se especuló que habría ingerido alcohol durante la transmisión en vivo, lo que generó titulares y múltiples comentarios. Aunque la manabita no dio detalles sobre dichas versiones, sí confirmó que su ciclo en el programa de cocina llegó a su fin después de seis años.

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La noticia sorprendió a los seguidores del reality, quienes ya conocen a su reemplazo: Virginia Limongi, Miss Ecuador 2018, será la encargada de conducir la nueva temporada. Vélez lo asumió con naturalidad, asegurando que era momento de cerrar una etapa importante de su vida profesional. “El sábado puse un cierre a ese novio, marido al que le di mi vida entera (MasterChef). Ahora estoy tratando de ver qué quiero”, confesó en una entrevista para Los hackers del espectáculo.

Consultada sobre si tomará una pausa en la televisión, la actriz aseguró que todavía no lo tiene claro, pues propuestas laborales siempre existen. De momento, aceptó un proyecto teatral que considera sanador: la obra Tres, dirigida por Ricardo Velástegui, en la que compartirá escenario con Alejandra Paredes, Belén Franco y Sebastián Perdomo. La temporada se presentará del 18 al 28 de septiembre, de jueves a domingo.

Detalles sobre su caída en MasterChef

Uno de los momentos que más llamó la atención durante la polémica final fue la caída de Vélez en plena transmisión. La actriz relató que, al ocurrir, pensó que las cámaras se habían detenido. “Jamás me imaginé que estaba siendo transmitido a nivel nacional. Con mi caída ya era para que manden a un corte comercial. Yo pensé que el evento terminaba ahí. Me he caído millones de veces, qué papelón, pero caída es caída”, relató casi al borde de las lágrimas. 

A la mañana siguiente, al revisar su teléfono, se sorprendió por la cantidad de mensajes recibidos. Fue entonces cuando entendió la magnitud de lo sucedido. Ante la presión mediática, decidió emitir un comunicado institucional, aunque confesó que inicialmente creyó que la polémica era producto de páginas de farándula y no por la caída en sí.

Pese a las críticas, Érika asegura que se queda con lo positivo de esta experiencia. “De esto estoy sacando mi mayor aprendizaje. Nadie me quita lo vivido ni lo bailado. En esos seis años aprendí muchísimo, crecí muchísimo y tuve que hacer un cierre, porque sentía que no soltaba, que estaba aferrada. No me estoy pintando de santa, yo me hago cargo de mis cosas siempre”.

La actriz reconoció que lloró mucho por lo ocurrido y prefirió no conceder entrevistas en esos días. Ahora, su meta es enfocarse en sí misma, especialmente tras ser diagnosticada con la enfermedad de Hashimoto, un trastorno autoinmune que afecta la tiroides.

“Este proyecto teatral es mi terapia. Tengo otros planes, pero lo más importante ahora es mi bienestar”, concluyó Érika Vélez, dejando claro que su nueva etapa profesional vendrá marcada por el equilibrio personal. 

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