Antes de brillar en los escenarios o convertirse en uno de los rostros más conocidos a través de la televisión nacional, John Taleb -más conocido como Johnta- ya había saboreado la fama, aunque en un contexto muy distinto: el automovilismo.

Su apellido ha estado siempre vinculado a los motores. A los 17 años se coronó campeón provincial de karting en Guayas, siguiendo una tradición familiar marcada por la velocidad.

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“Llevo en la sangre la adrenalina de las carreras”, cuenta Johnta a EXTRA. Su padre, primos y, sobre todo, su tío Henry Taleb -quien alcanzó logros como el segundo lugar en las 24 Horas de Daytona y participaciones en Atlanta y Sebring- fueron claves en su vínculo con este deporte.

En 2013, su nombre ocupó espacios en las secciones deportivas de los diarios nacionales como piloto de karting. Entrenaba en el Karting Club de Guayaquil, ubicado detrás del Teatro Centro de Arte, al norte de la ciudad.

“Me encantaba y me sigue gustando la adrenalina, la velocidad, la competitividad, llevar al límite tanto el auto como el cuerpo. Todo piloto empieza su carrera en el karting, la cuna del automovilismo”, recuerda.

Johnta: Cambió el karting por la música

Sin embargo, su verdadera pasión siempre fue la música. Y el automovilismo, admite, exige una inversión económica alta y una dedicación absoluta. “La vida me llevó más por el lado musical. Desde chiquito fue lo que más me gustó. Pude haber seguido en el karting, que también amo, pero es muy caro y, en Ecuador, es difícil vivir de eso hoy en día”.

No se arrepiente del camino que eligió. “Los años que viví en el karting fueron espectaculares y duraron lo que tenían que durar”, dice con convicción el exparticipante de MasterChef Celebrity Ecuador 2.

Comparar sus dos pasiones es inevitable. Mientras el karting lo hacía vibrar en cada giro, cada adelantamiento ajustado, la música le permite conectar con la gente a través de sus canciones. “En las carreras vas rueda con rueda, ganas por una centésima de segundo. Es un deporte muy loco. Y en la música sientes la energía del público cuando cantan contigo. Son mundos distintos, pero con emociones intensas”.

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