Luis Moreno, conocido como Mimo Yem, tiene una historia que se ha ido construyendo paso a paso, gesto a gesto, en las calles de Ecuador. Nacido hace 54 años en Pereira, Risaralda (Colombia), llegó a nuestro país —donde lleva más de dos décadas— “a mirar cómo era el ambiente”, y terminó quedándose definitivamente.

Su vida cambió recientemente cuando uno de sus videos, grabado durante las fiestas octubrinas de Guayaquil, fue reposteado por un fan inesperado: Snoop Dogg. El rapero estadounidense subió el video a sus redes sociales, que va para los 200 mil ‘likes’ (me gusta), lo que generó una ola de comentarios y reacciones, especialmente de ecuatorianos que celebraron el gesto del cantante, lo felicitaron y hasta lo invitaron a Guayaquil para comer encebollado.

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“Estoy feliz porque al menos se acordaron de uno”, comentó Mimo Yem en entrevista con EXTRA. Desde ese día, su teléfono no ha parado de sonar. “Me han llamado varias personas felicitándome. ¿Si me ha traído seguidores? Tengo que ver bien en mi TikTok y Facebook, pero sí veo que se ha movido bastante”, aseguró.

El artista callejero vive en Durán y es una figura infaltable en desfiles, eventos públicos y fiestas populares, donde su cara pintada de blanco, las pelucas, gafas y sombreros de colores son reconocidos por cientos de personas.

Replica sus gestos y provoca risas o sorpresas

Su estilo es particular: persigue e imita a quienes pasan por su lado. Camina igual que ellos, replica sus gestos y provoca risas o sorpresas. “Eso me nació hace mucho tiempo en Pereira. Empecé a trabajar así y funcionó. Y aquí en Ecuador la gente me ha respondido súper bien, son chéveres”, contó.

Siempre ha grabado videos de su trabajo, incluso desde la época en que se distribuían en CD. Pero ahora, con las redes sociales, su arte ha encontrado una nueva vitrina. “Antes no había redes sociales, pero ya ahora todo se vuelve tendencia”, indicó.

Aunque su forma de hacer humor, los gestos exagerados y su inconfundible manera de imitar generan carcajadas en la mayoría de personas, también ha vivido momentos tensos. “Como todo en la vida. Hay gente ignorante que no ve lo bueno, solo lo malo”.

Sale todos los días disfrazado de mimo

Sin embargo, la mayoría lo recibe con simpatía y le colabora económicamente. Esa es su forma de vivir: salir todos los días disfrazado de mimo, interactuar con la gente y ‘pasar el sombrero’. Ahora, con un inesperado empujón internacional, su figura podría seguir creciendo mucho más allá de las calles que recorre cada día.

Aunque su oficio suele asociarse a escuelas de arte, Moreno se define como un mimo empírico, formado en la calle, sin talleres ni estudios formales. “Hay mimo de sala, mimo que estudia, pero yo soy empírico. Todo lo aprendí así nomás”, explicó.

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