La memoria de Antonio Cajamarca Mendoza, más conocido como el Maestro Lechuga, vuelve a cobrar vida gracias al homenaje que prepara su bisnieta, María Paula Pulley Galdós. Con apenas 18 años, la universitaria decidió dedicar su proyecto a rescatar la historia de La Escuelita Cómica, uno de los programas de humor más recordados de la televisión y la radio ecuatoriana.

El cortodocumental -que tendrá una duración aproximada de 15 minutos y se difundirá en YouTube- recopila testimonios de familiares y actores que participaron en el espacio, entre ellos Walter Cajamarca Alarcón, recordado por su papel de Mamerto, y otros descendientes de la familia Cajamarca que mantuvieron viva la tradición artística. Así como el de su abuela, Verónica Cajamarca, quien no siguió la tradición actoral, sino la de optometrista.

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”Extra siempre difundió todo lo que hizo mi papá y eso más otros recortes e información se las dí a mi nieta para que haga el trabajo”, le aseguró Verónica a Extra.

El legado sigue vivo

El homenaje impulsado por María Paula refleja cómo el legado del Maestro Lechuga sigue vivo en las nuevas generaciones. “No se trata solo de un proyecto, sino de un acto de memoria familiar y cultural”, le dijo a la joven a este medio.

El cortodocumental busca recordar que La Escuelita Cómica, no solo fue entretenimiento, sino también un reflejo de la idiosincrasia ecuatoriana, un espacio donde el humor popular encontró un lugar en la historia de los medios y en el corazón del público.

La Escuelita Cómica nació en 1962 de la creatividad de Antonio Cajamarca Yánez y Margoth Mendoza Barahona, padres del Maestro Lechuga. El programa estuvo en Canal 4 -hoy RTS-, también en radios como CRE y, años después en emisoras como Mambo, Atalaya, Cóndor, América, Tarqui y Gran Colombia, hasta consolidarse en Radio Cristal, donde cada miércoles a las 18:00 reunía a miles de oyentes. El programa salió del aire tras la muerte del abuelo de María Paula.

Conquistó generaciones

El éxito fue tan grande que el formato dio el salto a la televisión, transmitiéndose por Ecuavisa, donde conquistó a una nueva generación de televidentes con personajes entrañables como Tontina, Mamerto, Anacleta, entre otros.

Antonio Cajamarca Mendoza falleció en 2012, a los 72 años, a causa de un infarto. Con él se apagó una de las voces más icónicas del humor popular ecuatoriano. Su sepelio, realizado en el Cementerio General, congregó a familiares, colegas y seguidores que reconocieron en él a la mente creativa detrás de los libretos y las historias que marcaron una época.

En Radio Cristal se prepara un especial del recordado espacio La escuelita cómica del Maestro Lechuga, que durante 30 años se emitió en esa emisora.

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