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Farándula

Shakira en Quito: del tambor africano al pop latino, una artista sin fronteras
En el Atahualpa, la colombiana recorrió los ritmos que marcaron su historia: tambores africanos, fusiones árabes, pop, salsa, bachata, rock y balada
Desde el primer acorde musical en vivor, el Estadio Olímpico Atahualpa se convirtió en un solo latido. Shakira apareció con un traje plateado con brillos y gafas, acompañada por sus bailarinas y por los fans que ganaron un puesto en la Caminata de La Loba.
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El rugido del público marcó el inicio del concierto. En los primeros momentos, todos se emocionaron con “Estoy aquí”, una de las canciones que la proyectó al inicio de su carrera. Las gradas del norte de Quito se unieron en un coro que mezcló nostalgia y energía.
Un recorrido por sus raíces
Durante cerca de dos horas, la artista presentó un repertorio que abarcó distintas etapas de su trayectoria. En “Puro Chantaje” se fue hacia el camerino mientras continuaba cantando; la pantalla mostró planos del recorrido en tiempo real hasta su cambio de vestuario.

La pasarela permitió a la artista tener varios momentos de cercanía con el público, que no paraba de cantar.
El show, el primero de tres, avanzaba
De repente, los videos con imágenes de la Shakira de cabello negro y pantalones de cuero sirvieron de antesala para “Pies descalzos”, un guiño a sus primeros años y a la etapa que consolidó su estilo.
El espectáculo combinó percusiones, guitarras y bases latinas. Los tambores africanos hubo un viaje hacia el mundial de fútbol de 2010. Las guitarras eléctricas marcaron el segmento más roquero y los ritmos caribeños pusieron a bailar a las tribunas. Cada bloque mostró una parte de su recorrido musical.
Momentos clave
El tono cambió con “Antología”. El público acompañó cada verso con sentimiento, mientras los brazaletes, que se entregaron al ingreso, cambiaban de color sincronizadamente.
Luego, el escenario retomó la fuerza. Una loba inflable se levantó al fondo y comenzaron a caer shakidólares: billetes con su rostro. El estadio entero respondió con saltos y gritos al ritmo de “Las mujeres ya no lloran”.
Entre tema y tema, Shakira habló con el público:
“Se puede ser feliz soltero, casado, de un lado o del otro. Lo importante es que uno se sienta libre, porque el amor por el otro es muy bonito, pero es más bonito aún el amor propio”, dijo.

Eso sí, no se olvidó de agradecer al público ecuatoriano por esperarla tanto tiempo.
Una artista sin fronteras
Más que un repaso de éxitos, el concierto mostró la capacidad de Shakira para moverse entre géneros y lenguajes sin perder su identidad. Su propuesta unió generaciones y resumió tres décadas de carrera.
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