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Guayaquil

Entre religión y violencia: la fe de las víctimas no conmueve a los criminales
Los versículos bíblicos colgados en las residencias de los recientes ataques a familias cristianas dan cuenta de que límites morales no existen más
La desazón y el dolor alrededor del asesinato de dos familias en el noroeste de Guayaquil, durante las madrugadas del 28 de agosto y 3 de septiembre, opacaron un mensaje ‘importante’ que habían dejado las víctimas para quienes los visitaran: versículos bíblicos colgados en las fachadas de ambas viviendas.
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En el primero de los casos, las letras escritas con marcador sobre una cartulina expresaban bendiciones para quienes fijaran su atención en dicho texto. Adicionalmente, citaba el pasaje bíblico de Isaías 41:10: “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes porque yo soy tu Dios que te fortalezco”.
Asimismo, en la residencia de la ciudadela El Rotario, donde acribillaron a tres personas, un mensaje escrito con letras hechas en material de fómi evoca el Salmo 91, acompañado de la frase: “La sangre de Cristo tiene poder”.
Tristemente, todos los ocupantes de ambas casas fueron baleados mientras descansaban.
¿Qué dicen los pastores sobre estos sucesos?
El pastor Víctor Quiroz, quien reside en la cooperativa Nueva Prosperina, sector también afectado por la violencia criminal, asegura que estos textos son una expresión de fe de quienes creen en Dios y en su Hijo. Sin embargo, “que una persona sea cristiana no le quita que sea humana”. Es decir, como a cualquiera, le puede alcanzar la inseguridad.
Además, responsabiliza al “maligno” de la crueldad mostrada por los delincuentes, tomando como referencia el texto de 1 Juan 5:19, que revela que el mundo está “bajo el control del maligno”. “El Señor no quiere lo malo, pues así lo dice en Juan 3:16 (‘Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda y tenga vida eterna’). Sin embargo, el pueblo eligió hacer lo malo por sobre lo bueno”, expresa.

El pastor Ángel Matamba, predicador en otra zona del distrito Nueva Prosperina, el más violento de la Zona 8 y del país, pide recordar que los carteles por sí solos no tienen efecto, sino que a estos los acompaña la fe que su artífice les ponga.
“Aparte de eso, hay que considerar que todo cristiano es sometido a prueba por Dios. Como dice 1 Pedro 1:7, ‘para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro’. Ahí vemos que todo forma parte de un proceso del que Dios siempre tiene el control”, afirma.
No obstante, ambos concluyen que estos mensajes son significativos para quienes conocen del evangelio, aunque para los no creyentes “esto es locura”, menciona Quiroz tomando como referencia 1 Corintios 2:14.
Esto es lo que dicen los expertos en sociología y psicología: Ya no hay límites
La psicóloga forense Katherine Vélez, del Instituto de Neurociencias de la Junta de Beneficencia, por su parte comenta que los mensajes bíblicos podrían causar ‘pensamientos rumiantes’ (recurrentes) en los delincuentes luego de cometer un crimen, pero no los detendrían. “(Los criminales) Se han acostumbrado a desafiar toda autoridad, incluyendo la espiritual y religiosa”, analiza Vélez.
El sociólogo Héctor Chiriboga, desde su experiencia, evalúa este comportamiento de una manera similar a la de Vélez. Él afirma que la presencia de los mensajes de esta índole está directamente relacionado a la cultura de la sociedad latinoamericana que "todavía es bastante religiosa, creyente y hasta supersticiosa".
“Aunque vivimos en una época moderna, y no refiriéndome a tecnología, también tenemos rasgos posmodernos como el desafío a la autoridad, que puede ser la figura paterna, el Estado y la Iglesia ”, sostiene.
No obstante, él aclara que esto se trata de una especulación basada en reflexiones sociológicas y psicológicas, como el retorno de la espiritualidad, que había quedado relegada a la individualidad con la época moderna y que con la posmodernidad quedó expuesta a la vida colectiva.
"En ese marco hay que entender que la gente expresa a través de símbolos (los carteles) y, en algunos casos, les da fuerza. Algunos han pensado que colocar les da cierto poder sobre los mafiosos, tanto (poder) que a veces se vuelve poco racional", expresa el sociólogo.
Él sostiene que lo evidente es que "los límites se perdieron y en los criminales (el mensaje bíblico) no permea como para detenerlos en la tarea que se hayan propuesto, ya sea esta asesinar a alguien o cometer algún delito menor como el hurto", reflexiona.
Finalmente, argumenta esto en la falta de 'límites' morales que las mafias podían divulgar. Él pone de ejemplo a la familia Corleone, del mundo del cine (película El Padrino), que en primera instancia no quería traficar droga y al final lo hace. "También tenían el 'límite' de no meterse con familia, mujeres y niños, pero dejó de existir y no solo aquí en Ecuador, sino en México y Colombia; está ampliamente superado", concluyó.
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