La actividad no se detuvo en las estaciones de los taxirrutas del centro de Guayaquil a pesar de los asesinatos de dos conductores, sucedidos el 16 y 23 de junio. El negocio debe seguir aun cuando el temor es el ‘copiloto’ de estos trabajadores que se ubican en las aceras que rodean el parque Centenario. 

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La última vez que se supo de un panfleto dirigido a este gremio (indirectamente) fue durante los primeros días de julio de este 2025. Según las versiones recogidas por EXTRA, una organización delictiva había amenazado a un establecimiento de juegos de azar localizado a pocos metros de donde se embarcan los pasajeros. 

Sin embargo, durante la última semana de agosto, una operadora de las compañías que allí laboran reveló a este Diario que los mensajes vinculados a pagos por supuesta protección no han sido enviados por una sola banda, sino que ahora los grupos criminales los acechan y se pelean el territorio para determinar quién es el que ‘vacuna’.

“Uf... Nunca se detuvieron los panfletos. Lo que nos aumenta el miedo es que llega uno tras otro y entre ellos se quieren cruzar por el pago. Cada quien (las bandas criminales) jala para su lado y nos llevan en peso a nosotros con ellos”, mencionó apenas abriendo la boca, pues evita dar detalles y hacer gestos, por precaución.

La operadora añadió que hace un mes, el 29 de julio, un taxista fue herido en otra de sus estaciones. Ese hecho violento, en cambio, ocurrió en el sector de la ‘entrada de la 8’, en el noroeste porteño, y dejó al conductor herido en una de sus piernas. “Por suerte, el señor está bien, pero nos ven por todas partes”.

No todos han sido 'vacunados'

A pesar de eso, la tarde del miércoles 27 de agosto los clientes hacían fila para ocupar los taxis. Al igual que esta compañía, otros dos grupos de taxistas, quienes se ubican sobre la calle Vélez, entre 6 de Marzo y Lorenzo de Garaycoa, trabajan a pesar de los rumores de ‘guerra’ entre mafias criminales.

Pero los operadores de estas dos cooperativas le aseveraron a EXTRA que nunca hubo un panfleto extorsivo ni amenazas como las conocidas en contra de sus compañeros. “Tal vez puede ser porque ellos tienen paraderos en otros sectores y desde allá les siguen la pista. ¡Quién sabe cómo se enteran de todo!”, manifestó con preocupación un colaborador de esta compañía.

Este Diario intentó obtener una versión de la cooperativa Exxon, a la que pertenecían los dos conductores asesinados. En sus oficinas, en Durán, no hubo voceros; el lugar estaba cerrado con cadenas y candado. 

Estos delitos también se han registrado en taxis

En redes sociales, en cambio, han crecido los reportes de asaltos y hasta secuestros exprés en las estaciones de los taxirrutas o a bordo de los vehículos. Amelia Lozada (@amelilc) comentó que una de sus amigas sufrió un asalto mientras se movilizaba en un taxi en la vía a Samborondón.

“A una amiga le pasó esto el martes de la semana pasada. Un taxirruta en Samborondón, por la parada de Biblos, eran tres hombres”, detalló. Otra usuaria (@justmarcela93) dijo que su prima había sido víctima al abordar un auto en la calle Padre Solano.

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