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Guayaquil

Verónica Gómez (i), junto al moderador del conversatorio Antonio Romero (c) y el abogado Diego Bastidas (d).Miguel Canales / Extra

Una madre venció al IESS y ahora ayuda a cientos: su historia nació en Guayaquil

Tras lograr la cirugía de su hija, madre lidera iniciativa para destrabar trámites del IESS y apoyar a más afectados por la burocracia

La mañana del 2 de diciembre, el salón de eventos de EXTRA en Guayaquil se llenó de una energía distinta: expectación, nervios, ganas de aprender y, sobre todo, la necesidad urgente de ser escuchados.

(Lea también: Guayaquil: Trámites del IESS complican importante operación de niña con parálisis)

Así comenzó ‘Cuenta con EXTRA’, un espacio creado para quienes se enfrentan a trabas, demoras o negativas en el IESS y en otras instituciones públicas. El primer encuentro tuvo un rostro ya conocido por los lectores: Verónica Gómez, la madre que durante meses luchó para que su hija Fátima, de seis años, recibiera atención sin más excusas del Seguro Social.

Verónica estaba ahí, en el centro del salón, sosteniendo un micrófono con la misma firmeza con la que defendió los derechos de su hija. Se la veía emocionada, sonriente y un poco nerviosa, pero segura. “Estoy convencida de que esta iniciativa ayudará a mejorar más vidas”, dijo.

Frente a ella, los asistentes -cada uno con su propia historia- la escuchaban con atención. Entre el público estaba Maurice Hoyos, quien anotó cada detalle en una libreta que no soltó ni un segundo; y también Javier Ballesteros, quien llegó en muletas mientras sostenía un ejemplar de EXTRA doblado, sobre el cual escribía los conceptos que le parecían relevantes.

Cuando le tocó hablar, Verónica recordó que su hija, diagnosticada con una parálisis cerebral espástica cuadripléjica, no pudo recibir la operación necesaria por parte del IESS pese a que estaba aprobada hacía dos años, debido a trabas administrativas como las repetidas “cartas de convenio” que caducaban mientras ella corría de un consultorio a otro para obtener exámenes, firmas y validaciones.

Además, destacó que solo después de que su caso se hizo público en este Diario, las instituciones comenzaron a responder. Y que finalmente, agotada, presentó una medida cautelar que obligó a que la cirugía fuera programada.

“Las publicaciones hicieron que mi caso dejara de ser invisible. Las instituciones se dieron cuenta de que yo no iba a quedarme quieta”, dijo. El público guardó silencio. Verónica respiró hondo y añadió: “Los derechos no se mendigan”.

La crucial vía judicial para luchar contra burocracia del IESS

A su lado, el abogado Diego Bastidas, quien ha acompañado el proceso legal de Verónica, retomó la idea para explicar por qué la vía judicial fue crucial: “Estos mecanismos constitucionales existen para protegernos cuando el Estado actúa con omisión o desidia. La medida cautelar, en este caso, evitó un daño irreparable para Fátima”, dijo.

Javier Ballesteros fue parte del público que asistió a la jornada.Miguel Canales / Extra

Con lenguaje llano, comparó este tipo de acción a detener un golpe antes de recibirlo: “Es parar ese puñete que te quieren dar”.

La 'Ley Fátima': Busca eliminar la burocracia en la salud

El conversatorio se convirtió también en un espacio de preguntas profundas. Luis Miguel López, uno de los asistentes, tomó la palabra para hablar de su propia experiencia con la carta de derivación del IESS, un trámite que, al igual que en el caso de Verónica, se convirtió en un laberinto agotador. Preguntó qué hace falta para construir una política pública real, sensible, que no dependa de “pelear, llorar o reclamar”.

Miembros de la audiencia plantearon sus inquietudes legales a Verónica y a su abogado.Miguel Canales / Extra

Verónica respondió sin dudar: “Con mi abogado estamos pensando en presentar la ‘Ley Fátima’, un proyecto para reducir la burocracia en casos de niños con alta vulnerabilidad. Porque este desgaste de empezar de cero cada vez, de pasar otra vez por pediatría, de renovar cartas, de comprobar aportaciones… todo eso nos quita tiempo valioso. Y la incertidumbre, esa sí nos mata”.

Al cierre, Bastidas recalcó que lo esencial es romper ese chip tan instalado de que “nada cambia” o de que “todo seguirá igual”. Para él, reconocer que el cambio sí existe —y que empieza por cada persona— es la clave para que cualquier transformación se vuelva posible.

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