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Guayaquil

Los trabajadores de los bancos y otras entidades se ubicaron en el edificio de La Merced.EXTRA

Simulacro de terremoto en Guayaquil evidenció molestias y desinformación

Gente en pleno centro aseguró que no hubo difusión; túneles cerrados, sirenas y hasta un auto en llamas confundieron a más de uno.

“Ni idea que se va a realizar un simulacro cantonal de terremoto de magnitud 7.5”. Esa fue la frase que más se repitió entre los transeúntes de la avenida 9 de Octubre. Para muchos, el Municipio no difundió lo suficiente la información.

Ayer, viernes 28 de noviembre, cerca de las 10:00, la gente caminaba por la principal arteria porteña esquivando el sol asesino. El termómetro marcaba 30 grados, pero el cuerpo sentía 33. Unos se cubrían con documentos, otros con periódicos, y la mayoría iba con la mirada hacia el piso, buscando un poco de sombra.

Luis Naranjo, de 45 años, aseguró a EXTRA que no sabía nada del simulacro. “Veo redes sociales y no he visto nada. Tampoco en los diarios ni en la tele”, comentó. “Todo está tranquilo, no se ve gran movimiento de Policía ni de otras entidades”, añadió mientras avanzaba entre la muchedumbre.

En la intersección de 9 de Octubre y Pedro Carbo, una mujer ofrecía “¡Taxi, taxi seguro!”. Y a unas cuadras, en P. Icaza, a las 10:30 exactas, sonó una sirena que hizo bajar a los empleados de los bancos hacia el parque La Merced. Allí se juntaron unas 100 personas, guiadas por bomberos y brigadistas.

La mayoría de las personas que caminaban por la av. 9 de Octubre desconocían sobre el simulacro.EXTRA

“En el año hacemos hasta tres simulacros. Ya sabemos qué hacer”, contó uno de los trabajadores, que prefirió no dar su nombre. Explicó que hay delegados por piso, personal que revisa oficinas y equipos encargados de evacuar primero a embarazadas y a personas con discapacidad. Los ascensores, prohibidos.

Pero mientras unos cumplían con el ejercicio, otros padecían la logística. Los túneles de los cerros Santa Ana y El Carmen fueron cerrados, causando malestar entre conductores que iban del norte al sur y viceversa. “¡¿A quién se le ocurre hacerlo justo en Black Friday?!”, protestaban usuarios en redes.

En Pedro Menéndez Gilbert, un carro en llamas generó susto entre transeúntes, pero luego se supo que formaba parte del guion del simulacro.

Rescate en la Aerovía

¿Se imagina quedar suspendido sobre el tráfico de Guayaquil, en una cabina de la Aerovía, justo mientras ocurre un terremoto? Ese fue el escenario de “máximo estrés” que se montó ayer en la estación Julián Coronel.

El simulacro, pensado para medir la respuesta ante un sismo de 7.5 grados, dejó una postal que heló a más de uno: dos personas atrapadas en el aire, bajo un sol que caía como plomo, mientras los equipos de rescate demoraban en arrancar.

Aunque el ejercicio debía iniciar a las 10:30, la alarma de evacuación recién sonó a las 10:34. Y el ECU-911 ordenó el despliegue a las 10:40, dejando un silencio incómodo de diez minutos donde nadie sabía si arrancaba o no el operativo.

Rescatistas primero aseguraron a los ocupantes antes de moverlos.Freddy Rodríguez

Los bomberos llegaron a la explanada a las 10:43, pero los atrapados no pisaron tierra hasta las 11:06. Más de media hora colgados, bajo un calor infernal. “Es demasiado tiempo”, murmuró un delegado de Gestión de Riesgos mientras tomaba notas para su informe.

Para los rescatistas, en cambio, no hubo error. El mayor Jorge Montanero, jefe de la División Especializada de Rescate, defendió el procedimiento.

“Respondimos en cuatro minutos. No se trata de correr, sino de no matar a nadie en el intento”, comentó. Explicó que elevar la escalera, estabilizar la cabina, asegurar a los ocupantes y bajarlos uno por uno es un proceso sin atajos. “Parece lento, pero no podemos saltar pasos. La prioridad es que nadie salga lastimado”.

Otro susto en Monte Sinaí

En el hospital Monte Sinaí, en Nueva Prosperina, también hubo simulacro, pero la escena se salió de lo habitual. El fuerte movimiento del personal hizo creer a familiares de pacientes que se trataba de una nueva incursión de grupos delictivos, como las registradas meses atrás.

Las autoridades aclararon que no se trataba de un ataque, sino de un ejercicio interno. Igual, más de uno terminó con los nervios de punta.

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