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Guayaquil

Tránsito en Guayaquil: los puntos críticos donde colapsa la ciudad todos los días
La solución al tráfico excesivo de Guayaquil, según un catedrático de la Espol, no está en más cemento, sino en un transporte público eficiente
Que el tránsito colapse en horas pico es un mal repetido en Guayaquil. En las vías cercanas a escuelas, hospitales y zonas industriales, el flujo de vehículos aumenta notablemente entre las 07:00 y las 09:00, y vuelve a saturarse desde las 16:00 hasta entrada la noche.
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En ese afán por llegar a tiempo, muchos conductores cometen infracciones que ponen en riesgo a peatones y otros vehículos.
La vía a Daule es un ejemplo constante de atolladeros y accidentes. Otro punto crítico es la avenida José María Velasco Ibarra, en Bellavista, donde los autos que vienen del paso a desnivel de la Carlos Julio Arosemena se enfrentan a semáforos bloqueados por vehículos que no respetan ‘la roja’.
“Después de las 5 es tedioso girar en U para retornar a Urdesa por la Carlos Julio (Arosemena). Uno se puede demorar hasta 45 minutos solo en dar la vuelta y llegar a las Monjas. Hay carros que no respetan la roja. Pasa todas las semanas”, dice Héctor Bonilla, taxista.
En el centro, el irrespeto a las señales genera caos en intersecciones como Lorenzo de Garaycoa y Clemente Ballén, y Tulcán con 9 de Octubre.
Catedrático analiza solución para el tráfico de Guayaquil
Según Erwin Delgado, profesor e investigador de la Espol, el problema de la congestión de tráfico se debe a que la cantidad de viajes supera la capacidad de las vías. Es decir, hay más vehículos circulando de lo que la infraestructura vial de la ciudad puede soportar.

El experto señala que ampliar o crear nuevas carreteras no es una solución a largo plazo. En su lugar, propone reducir la cantidad de viajes en vehículos particulares, no para limitar la movilidad de las personas, sino para disminuir el uso de medios de transporte poco eficientes que saturan las calles.
Para lograr esto, una de las principales soluciones es mejorar el transporte público masivo para que las personas prefieran usarlo en lugar de sus carros privados.
Delgado también explica que los conductores eligen sus rutas basándose en factores como el tiempo de viaje, el costo o la seguridad, y la combinación de estas decisiones individuales contribuye a la congestión. A medida que aumenta el número de vehículos, este problema se traslada incluso a calles secundarias.
Finalmente, el profesor concluye que las soluciones al tráfico no solo deben venir de las autoridades de tránsito, sino que deben estar integradas con una planificación urbana estratégica.
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