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El imperio digital de la ecuatoriana Alexandra Tapia: ganó millones sin desnudarse
La modelo imbabureña encontró en su sensualidad una herramienta de poder para triunfar en la página azul sin publicar contenido explícito
Alexandra Tapia, a sus 31 años, no solo ha desafiado los prejuicios que pesan sobre el mundo del modelaje digital, sino que ha conquistado y construido un imperio personal en la conocida página azul, sin necesidad de cruzar la delgada línea del contenido explícito.
La fórmula de la modelo imbabureña es sencilla pero ingeniosa: la sensualidad como herramienta de poder, el erotismo como arma de seducción, y la conexión real como clave para un negocio millonario.
De Imbabura al mundo digital
Su historia, que comenzó en los modestos estudios de televisión de noticieros en Imbabura, hoy se cuenta desde Colombia, donde consolidó su independencia creativa, económica y personal a través de su presencia en la página azul.

El camino de Alexandra no fue de rosas. Su historia es un reflejo de las luchas que muchas mujeres enfrentan en un mundo profesional donde el acoso y las propuestas indecentes a menudo se disfrazan de oportunidades.
“Yo no estudié para ser periodista”, confiesa. “Siempre me dediqué al modelaje, fui modelo desde los 19 años, pero por mi imagen se me abrió la puerta del periodismo”.
Acoso, pandemia y redes sociales: el punto de quiebre
Fue presentadora en cuatro canales de su natal Imbabura, un “paso grande” que, lamentablemente, se vio empañado por la oscura realidad del acoso y las propuestas indecentes. “Me las hacían compañeros y las personas que me contrataban”, recuerda con amargura.
La llegada a OnlyFans y el estigma de ser pionera
Con la llegada de la pandemia en 2021, su vida dio un giro inesperado. Tras una disputa laboral que la dejó sin empleo y sin el pago de su sueldo, Alexandra recurrió a sus redes sociales para denunciar.
La repercusión fue inmensa, y ahí, en medio de la crisis, encontró su verdadero poder: la influencia que había ganado en internet. Con sus finanzas en rojo, decidió explorar una opción que, por ese entonces, era tabú: OnlyFans.
“Primero inicié con la plataforma Patreon, pero luego me pasé a OnlyFans porque en esta ya podía conversar con mis usuarios, vi que había más oportunidad”, explica.

Recalca que ella fue una de las pioneras en su ciudad, una valiente que se atrevió a desafiar los prejuicios. El precio a pagar fue alto. Sus fotos y videos fueron filtrados y enviados a su familia. Su comunidad le dio la espalda e incluso las empresas de modelaje le cerraron las puertas.
“Me hicieron un desastre. No querían ni venderme en la tienda de la esquina”, relata.
Dejó su natal Imbabura
Lejos de rendirse, tomó una decisión radical: mudarse a Guayaquil en 2021. En el Puerto Principal reinventó su negocio, perfeccionando sus sesiones de fotos. Sus inicios fueron solitarios y autodidactas.
“Yo solita me tomé mis fotos y todo. Yo era mi fotógrafa, editora y productora. En ese entonces nadie me ayudaba”.
Al principio las ganancias eran modestas, apenas 100 dólares al mes. Pero su constancia y visión la llevaron a otro nivel, uno tan lucrativo que le permitió cumplir su sueño: fundar una empresa de bienes raíces en México.
El conflicto bancario que la llevó a dejar Ecuador
El éxito, sin embargo, trajo consigo nuevos problemas. En Guayaquil, un banco la demandó por presunto lavado de activos. Las grandes sumas de dinero que ingresaban mensualmente de OnlyFans superaban los límites permitidos sin sustento (5.000 dólares).
Ante esto, la página azul le ofreció ayuda legal, demostrando que su fortuna era el fruto de su trabajo digital. El banco le devolvió el dinero a OnlyFans, en Estados Unidos, pero a ella le bloquearon sus cuentas y la vetaron.
Este episodio la impulsó a una nueva migración: en octubre de 2021 empacó sus maletas rumbo a Colombia, un país que, asegura, no pone trabas a las grandes transacciones financieras.
El arte de la sensualidad: de la lencería a la cocina erótica
La clave de su éxito reside en el cambio de su estrategia de contenido. Alexandra, que en un principio ofrecía material explícito, descubrió que su verdadero tesoro era su esencia.
“En mi Only solo encontrarán un video de contenido explícito, porque me di cuenta de que eso no funciona. Al hombre le gusta ver a la mujer en su esencia. El erotismo vende y engancha más que el sexo explícito”, sostiene.
Durante tres años, entre 2021 y 2024, su negocio fue un laboratorio de prueba y error. Pasó de las fotos explícitas a una propuesta innovadora que conecta con la realidad y los deseos de sus seguidores.
“Empecé a averiguar qué les gustaba a los hombres y qué les podía ofrecer desde mis gustos: ser sexi y cocinar. A los hombres les gusta ver a la mujer en su esencia, sentir como si la tuvieron en su propia casa”, argumenta.

Su contenido estrella ahora es mostrarse vestida de manera sensual cocinando, sin desnudos ni actos forzados. “Yo aprovecho mi esencia para lucrar”, dice con seguridad.
Sus seguidores, que ya conocen su estilo, no le hacen pedidos descabellados. Lo que más le solicitan es que se ponga lencería y se unte aceites, una fantasía por la que llegan a pagar hasta $150.
Planes a futuro: bienes raíces y retiro digital a los 36 años
En Colombia, pese a la envidia y exclusiones que ha sufrido, Alexandra sigue enfocada en su camino, colaborando y creando contenido sola si es necesario. “Hice colaboraciones con chicas, pero luego borraban el contenido y me excluían de sus reuniones de trabajo. Por eso decidí también seguir mi camino sola”.
Con una mirada al futuro, Tapia tiene un plan claro: a los 36 años se retirará de OnlyFans para dedicarse por completo a su empresa de bienes raíces.
El imperio que ha construido a pulso ya tiene inversiones en México y Ecuador, un testimonio tangible de cómo la audacia, la visión y la resiliencia pueden convertir un obstáculo en el trampolín hacia el éxito.
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