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“Novios por horas”: el negocio de vender afecto en línea crece en Ecuador
En Quito y Guayaquil, usuarios gastan miles de dólares en ‘amor digital’ para no sentirse solos
Todo comenzó en una cárcel, hace seis años, cuando Miguel, un joven criado en el Guasmo, sur de Guayaquil, fue acusado de un delito que asegura no cometió: tráfico de drogas. Hoy vende su cuerpo en internet, pero no solo lo buscan por los veinticinco centímetros que promete en sus avisos publicitarios. Lo contratan como novio… por horas.
Absuelto por la justicia, pero marcado por antecedentes penales que no sabe cómo borrar, Miguel sonríe al recordar varias de las peticiones más inusuales de sus clientes en la página web Skokka. Algunos le han pedido que se grabe desnudo y baile frente a la cámara vistiendo únicamente la máscara de un muñeco capibara.
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Otros solicitan un saludo diario por WhatsApp. Incluso ha sido invitado a cuartetos; así conoció a una elegante pareja —dos hombres y una mujer— que vivían en el norte porteño. Practicaban poliamor y siempre habían fantaseado con tocar la piel de un hombre afrodescendiente.
Experiencia previa y habilidades profesionales
Antes de caer preso, Miguel trabajaba como modelo de catálogo profesional. Allí aprendió a posar con elegancia frente a la cámara, habilidad que aplica a diario, tanto para sus clientes como para una productora extranjera de contenido erótico para adultos.
Combina la publicación de sus servicios en la web Skokka, a la que llegó a través de un amigo cuando perdió su casa por falta de pago de la renta, con su cuenta de OnlyFans y otra en X. En X tiene más de once mil seguidores. Actualmente, OnlyFans distribuye contenido a más de 130 millones de usuarios a nivel mundial.
Relaciones ‘como novios’
“Del cien por ciento de personas que he atendido, un sesenta por ciento me ha pedido que los trate como si fueran mis novios. La mayoría son hombres heterosexuales que han establecido una relación, a mi criterio, basada en mentiras”, confiesa a EXTRA Miguel, de 32 años.
Según el estudio norteamericano ‘Aprendiendo en OnlyFans: perspectivas de uso en aprendizaje y habilidades aprendidas en la plataforma’ (2023), 425 participantes reportaron influencias positivas en sus vidas sexuales, incluyendo prácticas, preferencias, relaciones, uso de juguetes y exploración de su identidad.

Dos de cada diez anuncios ofrecen novias virtuales
Al analizar anuncios en páginas que ofrecen servicios en línea, como Skokka, se observa un patrón interesante. En diez anuncios publicados en Quito —donde hombres y mujeres, delgados o rellenitos, ocultan su rostro con máscaras de encaje o miran a la cámara con los labios entreabiertos—, dos ofrecen el servicio de Girlfriend Experience (GFE), o ‘novia virtual’, como lo llama Verónica. Ella tiene 22 años, es pelirroja, de piel blanca, con cintura estrecha que resalta junto a sus amplias caderas y piernas bien contorneadas.
Verónica utiliza la página Distintas para ofrecer sus servicios en internet. “Él vivía en Puebloviejo y yo en Guayaquil, así que solo nos vimos dos veces. Pero fui su novia durante cuatro meses. Él quería conocerme y ayudarme; me pidió que fuera su novia virtual. Tuvimos conversaciones y llamadas a diario y, claro, también llegaron los celos virtuales”, recuerda a un cliente.
El servicio de novia virtual es más costoso que el regular, aquel que solo incluye relaciones, pero no cariños, llamadas, mensajes amorosos ni el cumplimiento de fantasías en línea. “Los encuentros presenciales están en 40 o 50, pero ser la novia virtual cuesta entre 60 y 100, porque incluye videollamadas; es mucho tiempo que le das a esa persona…”, cuenta Verónica.
Millones en la industria
Las ganancias de la industria del contenido para adultos en línea son millonarias. Un reporte de Human Rights Watch (HRW) detalla que una de las plataformas, Stripchat, obtuvo más de 100 millones de dólares en 2022. OnlyFans ha generado ingresos por un billón de dólares entre 2021 y 2023.
Para Verónica, los hombres que buscan servicios en línea están cansados de las relaciones sentimentales comunes: “Yo les he preguntado; la mayoría tiene más de treinta años y ya lo han hecho todo. Están aburridos; con esto salen de lo normal. Es más una fantasía: si tratas bien a un hombre, se enamora de ti. Él no está viendo gastos ni nada, quiere verte bien”, confiesa.
Su primer novio virtual tenía 45 años y, aunque el noviazgo contratado duró cuatro meses, solo se vieron en dos ocasiones para tener relaciones. Él le dijo que era soltero, le escribía a diario y le pedía fotografías sensuales que ella le enviaba: sentada sobre la cama, junto a un mueble de cuero rojo, retozando en medio de las sábanas rosadas, evocando un clima de inocente sensualidad con el contorno de sus piernas reposando sobre la cama.
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Inicialmente le dio 100 dólares, cifra que fue aumentando con regalos. Le ofrecía dinero por las videollamadas y el contacto diario, hasta que ella sintió que ese romance en línea se estaba convirtiendo, para él, en una obsesión. Verónica no siente nada profundo por sus clientes: es una profesional y sabe que a ellos no los debe amar.

En la página Scorsite Guayaquil se ofrecen 27 servicios, desde sadomasoquismo hasta el ‘trato de novia’. Cincuenta y siete mujeres, cuyas edades superan los 45 años, ofrecen sus servicios acompañados de muestras de cariño para sus clientes.
"Hay quienes buscan experiencias intensas o poco convencionales, incluso con prácticas dominantes; pero el trato de novio es uno de los favoritos. Cuesta 55 y me lo han pedido hasta policías y militares. Me hablan de su vida, quieren que los escuche. Dicen que sueñan con haber experimentado libremente su sexualidad, pero que la sociedad y sus lugares de trabajo no se lo permiten”, confiesa Miguel.
Una de las peticiones más peligrosas que ha recibido es tener relaciones sin protección, práctica a la que no accede. Cada tres meses se realiza pruebas en el Ministerio de Salud Pública para controlar las enfermedades de transmisión sexual y recibe la PrEP, medicamento gratuito que protege su salud.
Aunque gana 250 dólares semanales y ya no duerme en la calle, Miguel reconoce que su trabajo sigue implicando riesgos. Usa la plataforma Skokka, vende paquetes de fotos y videos en OnlyFans y Telegram —a precios que van de 4 a 7 dólares— y realiza encuentros presenciales. “A veces viajo para trabajar; una vez fui a Milagro y me llevaron a una hacienda. Cuando este tipo de cosas pasa, le envío mi ubicación a la persona que maneja mis redes sociales. Por eso no me atrevo a andar solo en este mundo”, confiesa Miguel, que aún sueña con ser trabajador social y formar una familia.
El riesgo de que los clientes graben del otro lado de la pantalla siempre está presente. Verónica siempre cobra una tarifa mayor (100 dólares o más) por el servicio de novia virtual y el cumplimiento de fantasías en video, en comparación con los 40 o 50 que cuesta un encuentro presencial: “En regalos, ayudas y videollamadas, mi primer novio virtual invirtió unos 3.000 dólares en cuatro meses”, indica.
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