Una noche cualquiera, te acuestas como de costumbre, pero a mitad del sueño, algo pasa. Te despiertas con la ropa interior empapada y una mezcla entre vergüenza, confusión y hasta culpa. Tranquilo, aquello no te vuelve impuro ni raro.

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Los sueños húmedos, o emisiones nocturnas, son un chequeo natural del cuerpo que indica que todo funciona en orden. Esto lo comprobó un artículo de 2020 en Psychology Today, que señaló que estos sueños reflejan un procesamiento saludable de deseos subconscientes.

La sexóloga Verónica Sempertegui (IG: @sex_verosemdi) lo explica sin rodeos: “Cuando uno está ‘sanito’, tiene que tener sueños húmedos. Es parte de una sexualidad saludable. Si ya no aparecen nunca, algo podría estar fallando: estrés, cansancio extremo, baja en la libido… tu cerebro simplemente dejó de fantasear”.

Según un estudio publicado en Journal of Sex Research (2019), alrededor del 85% de los hombres y el 73% de las mujeres han tenido al menos un sueño erótico en su vida.

¿A qué edad empiezan los sueños húmedos?

Y sí, los hombres tienden a reportarlos más, especialmente en la adolescencia (entre los 10 y los 19 años), cuando los sueños húmedos pueden incluso incluir eyaculación nocturna; el clásico ‘despertar pegajoso’. Aún así, también deberían aparecer de vez en cuando en la adultez, como recordatorio de que nuestra parte sexual sigue ‘caliente’.

Además, según la misma investigación, los hombres suelen tener sueños con mayor carga visual y genital, donde el acto sexual se concreta, mientras que en las mujeres, los sueños eróticos tienden a tener más componente emocional, sensual y hasta romántico.

Y aunque ambos géneros pueden soñar con situaciones que jamás ejecutarían en la vida real (como sexo con un desconocido o incluso con alguien totalmente inapropiado), las mujeres suelen tener más culpa asociada al contenido de esos sueños.

Sempertegui confirma haber escuchado casos en consulta donde las personas soñaban con alguien muy lejano a sus valores: “He tenido pacientes que soñaron con familiares o personajes ficticios como el papá de Bambi. Cosas que jamás harían en la vida real. Pero ojo: soñar no es desear ejecutar. Es solo el cerebro jugando”.

La especialista precisa que los sueños no siempre tienen sentido, y que no hay que buscarle la ‘quinta pata al gato’. A veces uno sueña tonterías, y eso incluye las sexuales.

Aun así, advierte que si comienzas a soñar y excitarte con situaciones que incluyan daño a terceros, pedofilia o cualquier otra parafilia, es importante actuar y buscar ayuda profesional, ya que esto podría derivar en consecuencias negativas.

Componentes negativos

Según una revisión publicada en Frontiers in Psychology (2019), los estados emocionales como la ansiedad o la excitación reprimida pueden influir directamente en la frecuencia e intensidad de los sueños eróticos. Incluso algunos medicamentos, como los antidepresivos, pueden modificar este patrón (a veces apagándolo por completo).

El estrés, por su parte, puede apagar el deseo sexual y, por ende, disminuir los sueños eróticos. Además, durante la ovulación, muchas mujeres reportan tener más sueños íntimos debido al aumento de estrógenos.

¿Qué significa soñar que uno es infiel?

¿Soñar que eres infiel significa algo? Esta es una de las dudas más comunes entre parejas, y la respuesta corta es: no necesariamente. “A veces ves a alguien atractivo en la calle o en una película y esa imagen se queda grabada, y aparece en tu sueño. No significa que quieras engañar a tu pareja. Es solo una fantasía”, aclara Sempertegui.

Muchas personas usan la fantasía -incluso mientras tienen relaciones sexuales con su pareja- como una forma de mantener la excitación. “No hay por qué contarlo todo. A veces esas ‘escapadas’ mentales son las que evitan que seas infiel en la vida real”, asegura la sexóloga.

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