Una funcionaria de una cárcel fue acusada de tener un encuentro sexual con un preso dentro de una sala de oración, mientras dos reclusas hacían de campaneras para que nadie los pillara.

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La protagonista es Isabelle Dale, de 23 años, quien trabajaba como agente en la cárcel de Coldingley, en Surrey, Inglaterra. Según la fiscalía, ella habría mantenido una relación con Shahid Sharif, un convicto que cumplía parte de una condena de 12 años por robo.

Las autoridades aseguran que, además del asunto amoroso, la joven habría ayudado a Sharif a meter droga sintética ‘spice’ a otra prisión, la de Swaleside, ubicada en la isla de Sheppey.

Dale, que en la actualidad enfrenta un juicio, lo niega todo. Pero los fiscales aseguran tener pruebas de sobra: mensajes ‘calientes’, fotos cariñosas y hasta un anillo de compromiso que el preso le regaló.

También se dice que la chica administraba una cuenta de Snapchat donde Sharif coordinaba el negocio del ‘spice’. En su carro, la policía halló envoltorios y papeles usados para camuflar el contrabando, además de otros objetos vinculados al tráfico de drogas.

Un ‘rapidito’

Los fiscales contaron que el 19 de julio de 2022, las cámaras de seguridad captaron a Dale y Sharif entrando juntos a una sala multiconfesional. Estuvieron ahí cuatro minutos, mientras dos reclusas ‘sapeaban’ el pasillo. No había cámaras dentro, pero al salir, ella se acomodó el cinturón. Todo apuntaba a que algo más que rezos pasó ahí.

Luego del incidente, Dale habría visitado a Sharif en otra prisión, donde se los vio abrazándose y besándose durante las horas de visita. También se descubrió que ella le enviaba dinero y correos electrónicos coquetos desde el sistema interno del penal.

Le encantan los ‘caneros’

Cuando fue arrestada, el 1 de noviembre, la policía encontró en su casa un retrato enmarcado de la pareja y varias cartas de amor. En la celda de Sharif hallaron fotos de la funcionaria ‘en pelotas’ y más mensajes románticos.

Pero eso no es todo. Los investigadores aseguran que la joven también tuvo una relación con otro preso y que se comunicaba con varios internos a través de teléfonos ingresados de forma ilegal.

El fiscal cerró su exposición diciendo que Sharif le habría enseñado a Dale cómo esconder sobres con droga para que pasaran los controles. Ella, al parecer, siguió las instrucciones al pie de la letra… hasta que todo salió a la luz.

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