El dictador venezolano Nicolás Maduro volvió a encender las alarmas al asegurar que su país atraviesa una “coyuntura decisiva para su existencia”. A su estilo dramático, dijo que está “prohibido fallar” ante lo que calificó como “amenazas” de Estados Unidos, que mantiene un despliegue naval y aéreo en el Caribe.

Arropado por sus más altos funcionarios, el chavista lanzó un mensaje sin matices: “No hay excusas para nadie, sea civil, político, militar o policía”. Según él, este es un momento en el que “la patria reclama el mayor esfuerzo y sacrificio”. 

Y remató con tono heroico: “Si la patria reclama, tendrá nuestra vida, si es necesario”, en un discurso desde la Academia Militar del Fuerte Tiuna, en Caracas.

Maduro llamó a la Fuerza Armada, a los policías y hasta a los ciudadanos a exigirse “diez veces más” para “defender cada palmo” del territorio de cualquier “agresión imperialista, venga de donde venga”. 

A su lado estaban Diosdado Cabello; Delcy y Jorge Rodríguez; y el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, mientras todos juraban “estar a la altura” del momento.

El acto cerró una marcha donde miles de simpatizantes y funcionarios del régimen rechazaron lo que llamaron “ataques del imperialismo”. 

Esto ocurre mientras Washington insiste en que su despliegue militar es parte de una operación antidrogas y Caracas asegura que se trata de un plan para provocar un “cambio de régimen”.

El ambiente se tensó aún más tras la confirmación del Departamento de Estado de que el Cartel de los Soles —que EE.UU. atribuye a Maduro y altos mandos militares— fue designado como grupo terrorista. Caracas insiste en que es un “invento”.

A eso se suma la suspensión de una treintena de vuelos internacionales desde Caracas, luego de que la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos pidiera extremar precauciones al sobrevolar Venezuela por una situación “potencialmente peligrosa”.

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