¡Tenemos que evitar el colapso del IESS!

Por Nicolás Ulloa

NO ES SER pesimista, sino admitir la realidad: El Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) sufre una crisis económica innegable, y técnicos en la materia previenen que, a este paso, una entidad pública tan importante colapsaría en pocos años. Y se basan en la frialdad de los números, que no mienten, como sí nos ha ocurrido con mandatarios demagogos e irresponsables que, por buscar loas, dictaron órdenes muy aplaudidas, pero sin el debido respaldo económico, convirtiendo a una entidad que recibe más de la quinta parte de los salarios del país con aportes de patronos y afiliados, en una “caja chica” de Carondelet; para lo cual ponen al frente a serviles y cómplices, llámense Ramiro González o Richard Espinoza, como ocurrió en abril del 2010 cuando el entonces presidente Correa anunció, entre aplausos, que a partir de ese día el Seguro Social ofrecería los servicios de salud no solo al afiliado, como era antes, sino también a sus familiares. Pero no dijo de dónde saldría el dinero para afrontar los nuevos costos económicos. Y ese es uno de los factores para tan grave crisis actual.

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OJALÁ QUE SE cumpla lo ofrecido por Lenín de que a partir del 2019 se irá pagando lo que el Fisco adeuda al IESS, que solo por atenciones médicas pasa de 2.900 millones de dólares. Recordemos que en septiembre del 2016 y por orden de Correa, el Estado resolvió desconocer esa deuda. Además, suprimió el aporte fiscal de un 40% de fondos para los jubilados (acolitado por Espinoza) lo cual -felizmente- ya se ha echado abajo.