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Diario Extra Ecuador

Opinión

A mi ‘don Raulito’, donde quiera que esté

El viejo era elegante. Vestía a lo Frank Sinatra, su ídolo de toda la vida, con tanta naturalidad que parecía un miembro más del mítico Rat Pack.

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El viejo era elegante. Vestía a lo Frank Sinatra, su ídolo de toda la vida, con tanta naturalidad que parecía un miembro más del mítico Rat Pack. Gafas Ray Ban, traje a la medida, un anillo de oro en el dedo meñique de su mano izquierda y una cabellera plateada que brillaba bajo el sol. Su personalidad era arrolladora y caminaba siempre regalando galanteos y sonrisas por doquier. Era una especie de monarca del Centro Histórico de Quito.

Tenía la facilidad de tratar con todos: mendigos, alcohólicos, limpiabotas, zapateros, carpinteros, relojeros, tenderos, gerentes, empresarios, políticos, escritores, músicos, poetas. Pero definitivamente sus preferidos eran los toreros, banderilleros y picadores, aquellos que se dejaban el alma en el ruedo con la gallardía de los gladiadores. Su sed de adrenalina llegaba al punto de que no se perdía ni una corrida de beneficencia o un festival cualquiera. La plaza era su refugio, después de su casa en las calles Cuenca y Manabí. Es que los conocía a todos, entre ellos a ‘el Cordobés’, a quien atendió personalmente en sus andanzas como recepcionista en el Hotel Quito antes de convertirse en un gran chef.

Su amor por la fiesta brava nació con él, desde el vientre de su madre, y me lo contagió como una enfermedad incurable. Viajó por casi todo el mundo con sueños de grandeza, pero siempre atado al cordón umbilical de su tierra. No he conocido a alguien tan noble, pero orgulloso al extremo, como ‘don Raulito’, que levantaba su brazo para saludar mientras caminaba raudo por sus calles quiteñas, por las que todavía me parece verlo cuando las recorro. Así era él, mi padre, a quien extraño más de lo que yo mismo quisiera. Este breve tributo no hace justicia a todo lo que recibí de ti, pero escribirlo era un acto de amor a tu memoria. Feliz día, viejo, donde quiera que estés.

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