Opinión
Columnas: cámara oculta en pleno ‘Carondegate’
Estamos viviendo en unos tiempos en que, por culpa de la tecnología de punta, hemos perdido el derecho a la intimidad.
Estamos viviendo en unos tiempos en que, por culpa de la tecnología de punta, hemos perdido el derecho a la intimidad. Y es que ahora se colocan cámaras por todas partes: en las calles, en las oficinas, en los mercados, en los estadios, en los hoteles, etc.
Así, podemos ver, por la pantalla chica, asaltos y hasta crímenes ‘en vivo y en directo’.
Y la cosa llega a tanto que en el mismísimo palacio de Gobierno, nada menos, acaba de descubrirse una ‘cámara oculta’ que, al parecer, en estos cien y tantos días, desde que se instaló el nuevo régimen, el presidente Lenín ha sido observado meticulosamente en todos y cada uno de los actos que ha venido cumpliendo como mandamás del país.
Pero no solo los actos solemnes o administrativos, sino también las toses, los estornudos, alguna rascadita en la espalda, guiños de ojos, hipos, muecas, entre otras particularidades propias de cualquier hijo de vecino.
Lo grave del caso es que nuestro ‘presi’, antes de partir a la ciudad de los rascacielos para presentarse en la Asamblea General de la ONU, acusó de esta intromisión en su vida privada a su antecesor y fundador del partido verdeflex del cual es ahora su titular. Una suerte de ‘Carondegate’, recordando a la cámara que colocaron los republicanos en un hotel de Washington donde se reunían los demócratas (Watergate) y eso le costó la presidencia a Richard Nixon.
Esta acusación, francamente, va más allá de los agrios tuits que se entrecruzaron Lenin y Rafico con frases no muy amables que digamos y que finalmente causaron el alejamiento del Gobierno por parte de Patiño, Pavón y Hernández.
¿Producirá este espionaje la división final en AP una vez terminada la actual gira presidencial por la ‘Yoni’?... (FCV)