Opinión
Columnas: Descansados “puentes vacacionales”
Si nos remitimos al Viejo Testamento de la Biblia, en la parte de Génesis, nos encontramos con la noticia de que el trabajo (es decir “subirse al camello”, como se dice en el argot criollo).
Si nos remitimos al Viejo Testamento de la Biblia, en la parte de Génesis, nos encontramos con la noticia de que el trabajo (es decir “subirse al camello”, como se dice en el argot criollo) que los seres humanos tenemos que cumplir para sobrevivir con nuestras familias es, nada más ni nada menos, que una maldición divina cuya culpabilidad inicial recae, incluida la manzana que ofreció la perversa serpiente, en la primera mujer que conoció el mundo, Eva, a quien Dios creó a partir de las costillas de Adán. Dicho esto sin machismo alguno, por supuesto.
Pero no todo ha de ser la esclavitud del esfuerzo que celebramos el Primero de Mayo, en todo el mundo con excepción de Estados Unidos, donde se originó, porque para seguir laborando hay que descansar un poco. Y allí fue que se inventó el descanso de los fines de semana, domingo primero y luego se incluyó también el día anterior, que por años era solo “a medias” con el consabido “sábado inglés”.
Pero como la ambición humana siempre pide más, los gobiernos de varios países, respondiendo al “clamor ciudadano”, inventaron los “puentes vacacionales” que hacen coincidir, por efectos del calendario o de efemérides adelantadas o atrasadas, varios días festivos para tener más tiempo para el paseo y la distracción.
Así, por ejemplo, este mismísimo día, viernes 27, iniciamos otro de esos “puentes”, que no cruzan ni abismos ni ríos, sino que nos permitirán un largo fin de semana que podríamos aprovechar para viajar a los balnearios o a la Sierra o para pegarnos una “canita al aire”... (FCV)