Columnas: La corrupción no desaparece por arte de magia

Esta semana algunos usuarios de Twitter reportaron la desaparición del Cristo del Pacífico, estatua de 37 metros de altura inspirada en el Cristo del Corcovado de Río de Janeiro que Odebrecht donó al Perú durante el gobierno de Alan García en el año 2011.

La noticia incendió las redes sociales, pero pronto se supo que el monumento no había desaparecido. El Cristo del Pacífico sigue donde siempre, en un cerro desierto en el extremo sur de la bahía de Lima.

¿Fue una broma lo de las fotos que mostraban la desaparición del Cristo del Pacífico? No fue una broma. Es una campaña de Proética capítulo Perú y de Transparencia Internacional para subrayar la importancia de asumir acciones concretas para combatir la corrupción en Latinoamérica. Esta campaña es también una forma de desagravio, pues el Cristo del Pacífico, “Cristo de lo Robado” como lo llaman en Lima, es la vergonzosa manipulación de una figura religiosa para lavarle la cara a una empresa corrupta que ha salpicado a presidentes y expresidentes de la región en el mayor escándalo de sobornos de la historia.

La corrupción no desaparece por arte de magia, no es tan fácil borrarla como se edita una foto; se debe trabajar con seriedad y compromiso para que desaparezca. Ese es el mensaje de Proética y Transparencia Internacional a los presidentes que acudirán a la VIII Cumbre de las Américas en Lima.