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Diario Extra Ecuador

Opinión

Columnas: Los refranes y una mayor agilidad en la educación

Se da el caso de que ciertos profesores han adquirido títulos académicos de postgrado, pero a pesar de ello no tienen la capacidad para llegar al alumno con el conocimiento de su asignatura.

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Se da el caso de que ciertos profesores han adquirido títulos académicos de postgrado, pero a pesar de ello no tienen la capacidad para llegar al alumno con el conocimiento de su asignatura. La razón es porque utilizan términos rimbombantes, que suenan bien, pero de significación no comprensible, que solo el profesor que lo está utilizando sabe su significado. Por consiguiente los estudiantes se quedan en el limbo y no alcanzan a captar el mensaje del educador.

Una forma positiva es hablar en términos sencillos y utilizando los refranes para explicar mejor los términos de lo que quieren decir en la clase. Estoy seguro que los alumnos van a entender más fácilmente la explicación del maestro, que ha utilizado términos populares.

Por ejemplo, si le decimos al estudiante conocidas frases como: “Salí de Guatemala para entrar a Guatepeor”. “No hagas a otro lo que no quieres que te hagan a ti”. “No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”. Cría cuervos y te sacarán los ojos”. “Cuando pelean los compadres, se descubren las verdades”...

Es importante señalar que los refranes son, en su mayoría, dichos populares y anónimos, pero la finalidad de ellos es transmitir una enseñanza o mensaje instructivo, estimulando en el individuo la reflexión moral e intelectual.

Asimismo, los refranes se caracterizan por estar estructurados en versos o en rima, en asonancia o consonancia. Este conocimiento lúdico o de risoterapia da buenos resultados.

Se pueden incluir también las máximas, pensamientos o canciones que contengan principios morales, valores, normas y reglas que rigen en la sociedad.

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