SUSCRIBIRME POR $1/ 1 MES

Exclusivo
Opinión

Columnas: Quien no vive para servir, no sirve para vivir...

Un ratón mirando por un agujero de la pared, ve al granjero y su esposa abrir un paquete. ¡Quedó aterrorizado al ver una trampa para ratones! Fue corriendo al patio a advertirle a todos.

Un ratón mirando por un agujero de la pared, ve al granjero y su esposa abrir un paquete. ¡Quedó aterrorizado al ver una trampa para ratones! Fue corriendo al patio a advertirle a todos.

El ratón se dirigió a la vaca y ella dijo: ¿pero yo estoy en peligro? Pienso que no! Dijo la vaca. El ratón volvió a la casa, abatido para encarar a la ratonera.

Aquella noche se oyó un gran barullo como el de la ratonera atrapando su víctima, la mujer corrió a ver qué había atrapado. En la oscuridad ella no vio que la ratonera atrapó la cola de una serpiente venenosa. La serpiente veloz mordió a la mujer, el granjero la llevó al hospital, ella volvió con fiebre alta. El granjero le preparó una sopa, agarró el cuchillo y fue a buscar el ingrediente principal: la gallina. Como la mujer mejoró, los vecinos fueron a visitarlos, el granjero mató al cerdo para alimentarlos, la mujer no mejoró y murió, el esposo vendió la vaca para cubrir los gastos del funeral...

La próxima vez que alguien te cuente su problema y creas que no te afecta, piénsalo dos veces. El que no vive para servir no sirve para vivir. El mundo no anda mal por maldad de los malos sino por la apatía de los buenos. Cuando alguien necesite de ti por sus problemas, tiéndele la mano o dale una palabra de aliento.

Recuérdalo cada mañana: Nacimos para ser felices no perfectos. El amanecer es lo más bonito del día porque es cuando Dios te dice: “levántate, te regalo otra oportunidad de vivir y comenzar nuevamente a mi mano”.

Los días buenos te dan felicidad, los días malos de tan experiencia, los intentos te mantienen fuerte, las caídas te mantienen humilde, pero solo Dios te mantiene de pie.