Y bueno, se trata de palabras sinónimas. Porque cuando se habla de “consulta”, enseguida la relacionamos con el médico que nos recibe, previa cita, en su consultorio para examinarnos con su estetoscopio, haciéndonos repetir el número “33”...Y no hablo de las antiguas visitas que hacían los ‘matasanos’ a sus pacientes porque el “servicio a domicilio” es cosa del glorioso pasado.

En esta vez no se trata de los descendientes de Hipócrates sino de un proceso político que tiene como objetivo hacer realidad la vieja frase latina que dice lo de ‘vox populi vox dei’, que en criollo quiere decir: “Voz del pueblo, voz de Dios”.

Y esta consulta, en la que participan los ciudadanos con derecho al voto, es decir la masa que impone su mayoría, se llama “popular”. Que también tiene otros nombres, usados sobre todo por los kikuyos, como “referéndum” que, por supuesto, se refiere a lo mismo.

Y ahora se ha convertido la tal Consulta Popular en el tema del día, no solo porque la presentó Lenín, sino porque ya consiguió que se la convocara para el 4 de febrero (antes de que nos visite el ‘Rey Momo’, antes de recordar la Pasión de Cristo) superando las dificultades que se preveían con la Corte Constitucional, que por darle tiempo al tiempo “se quedó piola”, y el CNE, que no le dio bola a la facción correísta de AP que lo único que puede hacer ahora es llevar a cabo una campaña en favor del “nones”.

Eso será difícil de ganar porque el pueblo quiere cambios luego de la “década ganada”.

Y bueno, nos dedicaremos a trajinar en los preparativos de la Consulta mientras nos gastamos el ‘treceavo’ y nos preparamos a construir nuestro ‘Año Viejo’... (FCV)