Opinión
Enorme importancia de la leche materna
Soy fanático de la leche materna, del maná que fluye, blanca y vigorosa como fumarola de volcán para depositarse en los tersos labios del niño.
Hermoso líquido fertilizante, semilla que se implanta en el estómago para hacer crecer fuertes los órganos y tejidos; azúcar, grasa y proteínas para rellenar al niño de vitalidad, para que crezca fuerte y altivo como un roble.
Hoy atendí un parto e invité al padre a presenciar este milagro de la naturaleza, y para mi suerte llegó en el período de expulsión, ¡Qué impresionante! Solo se veía su cabeza coronando el introito de la vagina, 3 pujos afuera. Sin mucho aspaviento, su madre gritó y su marido lloró de emoción. Lo cogí, 9 libras, era impresionante, bella y colorada. Cómo es la naturaleza pródiga en sabiduría: primero el calostro para que se limpien los intestinos, luego vendrá la leche que lo tiene todo en cantidad y calidad para que el niño crezca sano y robusto.
Al tercer día vi cómo los senos de la parturienta querían reventar, y el niño pegado al pezón con los ojos bien abiertos me observaba. Es fantástico Dios con sus cosas, una madre haciendo hijos, qué prodigiosidad. Un niño buscando el seno con tanta precisión, ¿quién se lo enseñó? Lo que llamamos inteligencia no es más que una simple copia de lo que ya está hecho. Los grandes descubrimientos son las grandes cosas que ya las hizo nuestro Padre Celestial.
Un tarro de leche jamás podrá compararse con la perfección en cantidad y calidad de la leche materna. No cabe privar a un niño de tan preciado bien que nos regalan Dios y la naturaleza. Al niño, solo leche materna por lo menos hasta el año de edad, si quieren tener un niño sano en espíritu, mente y cuerpo.