Virtud del ahorro

Una ambición sana que no perjudique a los demás y que, más bien, se convierta en un medio para irse incorporando a la sociedad moderna, que ofrece tantas oportunidades, debe ser estimulada entre los jóvenes para que, sobre todo, aprendan a no desperdiciar su tiempo ni sus energías en fines que, a la postre, pueden más bien causar situaciones negativas con el tiempo.

Partiendo de los mejores ejemplos se debe estimular la virtud del ahorro desde los primeros años de vida, es decir, a manejar sus medios de subsistencia en forma ordenada y, sobre todo, asegurar un futuro feliz desde el punto de vista personal y también familiar, para cuando le toque a los infantes y jóvenes de ahora ser la cabeza de familia.

Los especialistas en tan importante temática aconsejan que la educación en este sentido debe comenzar desde muy pequeños, de los 3 años si es posible, para habituarlos a ser responsables y, de ese modo, asegurarles luego un brillante porvenir. Y este acostumbrar al niño a un comportamiento racional, debe tener como ejemplo su propio hogar, lo cual implica gran responsabilidad para los padres.

Hay, pues, que guiar al niño poco a poco y que las buenas herramientas y costumbres lo lleven por la ruta del éxito.