Editorial

La fanesca

Es, talvez, el plato más sabroso  de la cocina nacional y un potaje que debería  promocionarse internacionalmente con la marca del Ecuador.
  Pero si tiene ese contenido económico y social, no llega por -desgracia- a los hogares más económicamente  deprimidos y humildes. Y hasta entre la gente de clase media  se  está haciendo  cada vez más  difícil de  consumir.  
  Los hoteles y restaurantes de categoría preparan la fanesca y la sirven durante un buen período de tiempo, pues comienzan a ponerla en sus menús con días de anticipación a las conmemoraciones de Semana Santa que son los días en que, teóricamente, se prepara ese plato nacional.
  Todos sus ingredientes, salvo el bacalao, provienen de los campos serranos y antes el pescado se importaba de Noruega, en Europa. Hoy se consume un excelente bacalao de los mares circundantes a las islas Galápagos con un costo sensiblemente inferior al importado, lo cual hace factible el acceso a la fanesca de un mayor número de consumidores. Suele agregarse al consumo de la fanesca otro plato típicamente nacional, y son las humitas, un pastel de choclo que viene envuelto en hojas de dicho cereal.

 

Tráfico anárquico en Guayaquil

ReCIÉN SE RETUVO  a más de 50 buses urbanos de Guayaquil por contravenciones cometidas por sus propietarios o sus conductores, desde operar en rutas no autorizadas hasta el pésimo estado de sus frenos, falta de matriculación, etc. Además, algunos choferes tenían sus licencias caducadas, o eran ‘sportman’ y no profesionales, como manda la ley. Todo lo cual contribuye al caótico tráfico en la más populosa ciudad del país, especialmente en el  casco central.
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SON COMUNES LAs “carreras” entre buses de una misma línea, disputando por llevar la mayor cantidad posible de pasajeros. Y en esta anarquía tienen bastante de culpa los mismos usuarios, que hacen detener al bus con una simple “levantada de mano”, y ni siquiera en una bocacalle sino a media cuadra...Y eso ocasiona verdaderos atolladeros, además de que el pasajero corre el serio peligro de ser atropellado en plena calle, o de caerse al intentar subir, corriendo, al vehículo que debe llevarlo a su destino.
EN tODAS PARTES hay  buses urbanos, tan necesarios en la vida moderna. Pero, asimismo, a ningún conductor se le ocurriría tomar pasajeros “al vuelo” como en Guayaquil, sino que lo hace solo en las estaciones ubicadas planificadamente, donde hay bancas bajo techo, para comodidad del usuario. Y sabe que con cualquier actitud anárquica le quitan la licencia y sancionan al bus, como sucede en Quito, Cuenca, etc. ¿Por qué hay tanta anarquía entre los guayaquileños? ¡Hacen falta  sanciones ejemplares!...

Por Nicolás Ulloa