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Opinión
Editorial: La bala no resuelve el problema
No basta con dar órdenes: hay que escuchar, debatir y construir juntos
Un experto colombiano que vino invitado por este Diario lo dijo sin rodeos: si solo se responde con plomo, lo más probable es que el caos empeore. Y tenía razón. En Ecuador, la cosa se salió de control. La violencia se metió en todos lados y ya no hay zona ‘buena’ o ‘mala’, porque la inseguridad borró esos límites. Te pueden extorsionar en tu negocio, asaltar en la esquina o matar por una bala perdida. Y mientras tanto, seguimos apostando a que los uniformes y las armas lo resuelvan todo.
Pero no. Medellín ya nos dio una lección: no fue solo con policías que se logró un cambio, sino cuando el Estado llegó a los barrios con educación, salud, trabajo y cultura. Cuando la gente sintió que su vida valía algo más que sobrevivir al día.
Acá necesitamos lo mismo. Una estrategia completa. Hay que sumar a la academia, a los gremios, a los profesionales y a la gente de a pie. Es ahora cuando más hace falta que todos metamos mano y que el Gobierno deje de jugar al sordo. No basta con dar órdenes: hay que escuchar, debatir y construir juntos.
Si queremos recuperar la paz, no la vamos a encontrar solo con operativos ni con estados de excepción. Se necesita calle, empatía y voluntad. La salida no está solo en los tanques, sino en las ideas. Y para eso, hay que empezar a hablar en serio.
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