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Opinión

Editorial: ¡Se le subieron los humos a Alfaro!

Tanta espera para anunciar algo que ya se veía venir: que Gustavo Alfaro ya no quería seguir siendo entrenador de la selección nacional de fútbol. Así de simple. Eso quedó demostrado tanto con su postura confrontadora con la Federación Nacional de Fútbol (FEF) y con la prensa, como por sus elevadísimas pretensiones económicas, pues quería ganar $ 4 millones al año, más que el mismo DT campeón del mundo con Argentina. ¡Así ni cómo negociar!

Ya no cabe lamentarse ni ponerse melancólicos. Solo alabar que Alfaro nos clasificó a nuestro cuarto Mundial de Fútbol y que puso en la órbita del mundo a jóvenes jugadores con gran potencial, algunos de los cuales hoy brillan en el fútbol europeo. De ahí en más, cuentan los hechos y las estadísticas: en 35 partidos jugados, apenas pudo conseguir 50 puntos de 105 posibles, menos de la mitad. Pero quizá lo que más críticas generó fue su último planteamiento ante Senegal, en el pasado Mundial: timorato hasta el discurso previo y peor en la cancha, como si la Tri no tuviese el potencial necesario para vencer al rival africano. Ahí perdimos la clasificación. Y eso pesa.

Alfaro ya es historia. Ahora, quien llegue encontrará una camada de jóvenes con ganas de comerse al mundo. Elija bien, FEF.