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Opinión

Editorial | Obras en Guayaquil: Tarde, mal y nunca

La ciudad está llena de obras incompletas o de ofrecimientos vanos, porque lo que debía estar no está en el lugar que fue anunciado y ni siquiera hay indicios de que vaya a ejecutarse en algún momento.

Basta recorrer la ciudad para observar que en las obras nuevas, hay trabajos a medias porque se hicieron las calles, pero faltaron las aceras y los bordillos. O se construyeron estos, pero faltan las obras complementarias. Algunas se han hecho, pero no se ha contratado el mantenimiento y, por tanto, la acelerada destrucción está a la vista. Las calzadas han quedado con huecos y en los lugares donde debe haber árboles o plantas, ahora hay maleza. El Guayaquil de tarde, mal y nunca.

¿Cómo afecta esto a la vida de los ciudadanos?

“Me afecta en un 80 % a mi vida. En lo que respecta a tráfico, llego tarde a mi trabajo. Y cuando llueve, el embotellamiento se intensifica”.

“No puedo circular libremente. Cualquier peatón puede sufrir algún accidente al caminar por una calle a la que le han sacado una tapa de alcantarilla”.