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Diario Extra Ecuador

Opinión

Editorial: Caso nefasto de política exterior

No solo se le concedió la nacionalidad ecuatoriana, sino que se quiso cubrirlo con la inmunidad diplomática.

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No solo se le concedió la nacionalidad ecuatoriana, sino que se quiso cubrirlo con la inmunidad diplomática. El caso Assange nos recuerda la Venta de la Bandera que dio al traste no solo con un régimen, sino que sepultó al conservadurismo que se había denominado progresismo. Y si comparamos los dos hechos, no cabe duda alguna que el proceso del australiano Assange puede ser grave aún.

Y es que todo gira alrededor de una postura que no ha guardado, las más elementales consideraciones patrióticas. Assange es un asilado, desde hace 5 años, en la Embajada de Londres, reclamado por la Justicia sueca y con disposición de la Gran Bretaña para proceder a su captura. Es decir es un reo, acusado de delitos comunes.

Pero la Cancillería ecuatoriana tramita y logra que se le conceda la nacionalidad y el Registro Civil le otorga la cédula respectiva.

La jugada, que parece digna de individuos que despreciaran elementales normas, ha sido conocido con repudio, pues se le ha dado la nacionalidad ecuatoriana para protegerlo y se ha demostrado un olvido de las normas para facilitar la fuga de un asilado que, ciertamente, ha sido un huésped incómodo durante más de 5 años. Y ahora resulta protegido con malas artes.

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