En el transcurso del presente año se han capturado decenas de toneladas de droga y no se sabe cuántas han burlado los controles.

Hay más de 300 pescadores detenidos cuando han sido sorprendidos prestando sus lanchas para el narcotráfico y los pequeños aeropuertos, sin vigilancia o con vigilancia insuficiente, son usados por los narcotraficantes para embarcar la droga en avionetas que ingresan al país y toman las pistas de pequeños aeropuertos para el sucio trabajo.

Recién sorprendió una avioneta que pretendía transportar media tonelada de cocaína desde el aeropuerto Los Perales, en Manabí, porque hubo una denuncia previa y no porque funcionaran radares y vigilancia.

En esos aeropuertos, según la versión de sus empleados, la vigilancia es muy escasa y en los fines de semana casi nula porque apenas queda un guardia para cumplir un cometido importante y peligroso porque los narcos pueden someterlo con violencia, o comprar su complicidad.

La Dirección de Aviación Civil debe proteger esos pequeños aeropuertos con una adecuada vigilancia o declarar su inoperabilidad, tomando las medidas necesarias para impedir el aterrizaje de avionetas que transportan la droga.