Opinión
La invitada del día: Coetzee y la censura

En su participación en la Feria del Libro de Guayaquil J. M. Coetzee, premio nobel de literatura 2003, hizo un interesante alegato contra la censura.
Sospecho que Coetzee no sabía cuán cercanos son para nosotros temas como censura y libertad de expresión. En Ecuador dos periodistas fueron condenados a indemnizar al presidente de la República por publicar una investigación que apunta a que él conocía sobre los contratos de su hermano con el Estado. Por cierto, Rafael Correa también demandó a los miembros de la veeduría que se conformó para investigar este caso por concluir que en efecto él sabía sobre estos contratos.
Somos un país que tiene una Ley de Comunicación que está en contradicción con los estándares internacionales sobre libertad de expresión, a la que el Comité de Derechos Humanos de la ONU recomendó revisar y reformar. En Ecuador el poder ha perseguido a un tuitero por denunciar supuesto nepotismo, a blogueros críticos, incluso a quienes han hecho en Facebook un comentario contra el Gobierno.
En Ecuador se te persigue por una caricatura, un meme, una burla, o un chiste contra el Gobierno. Somos un país en el que se suprime contenido en internet y se demanda a una página de opinión por usar un archivo fotográfico ¡que es público! En el colmo de su afán por censurar, las autoridades se olvidan que no puede existir derecho de propiedad intelectual sobre bienes públicos.
Esto Coetzee seguro no lo sabía. Para él, Ecuador es el país que le ha dado asilo a Julian Assange, ese enemigo de la censura. Posiblemente Coetzee no sabe que aquí, hacer lo que hizo Assange, es delito penado con cárcel.