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Opinión
La invitada del día: Ni una menos
Por: Silvia Buendía @silvitabuendia
La marcha “Ni una menos” contra la violencia de género y el feminicidio generó un amplio debate en nuestro medio. Este me hace inferir que en Ecuador no solo hay desconocimiento sobre lo que es el feminicidio, sino que existe resistencia a entender su significado. El feminicidio es una forma específica de violencia de género sustentada en la relación de poder de los hombres sobre las mujeres. Existen condiciones culturales, sociales y políticas que crean el terreno propicio para que se dé este delito. Puede ser cometido por un conocido de la víctima, su pareja, familiar o colega; o por hombres desconocidos o anónimos. Puede ser perpetrado en forma individual o en grupo. Sin embargo, todo feminicidio tiene en común que el perpetrador considera a la mujer usable, prescindible, maltratable y desechable.
El término es nuevo, pero este crimen es tan viejo como el mundo. Solo que antes la violencia de género estaba mucho más naturalizada, se vivía en privado, en la intimidad de cada hogar. Históricamente, el que un hombre matara a su propia mujer ha sido en algunos lugares un delito justificado e incluso permitido bajo ciertas circunstancias. La cada vez más brutal violencia contra las mujeres en este tiempo es una respuesta patriarcal a los cambios profundos de la sociedad en materia de roles de género.
Feminicidio y violencia contra la mujer son hechos estadísticos innegables. Querer minimizarlos diciendo que la violencia nos golpea a todos, sin importar el género, no solo hace más profundo el problema, también evidencia el arraigado machismo de la sociedad que emite este criterio.