Opinión
La tal “novelería” del tatuaje es viejísima...
La palabra tatuar procede del vocablo tatau, el cual significa “marcar algo”. A partir de entonces comenzó a existir una concepción diferente del tatuaje en Occidente. El primer tatuador oficial conocido por aquí fue Martín Hilderbrandt, tatuador oficial de los bandos de la Guerra Civil Americana. (1860-1865)
El mundo del tatuaje parece algo muy moderno, sin embargo es realmente milenario. La historia del tatuaje es tan larga como fascinante. Lo hemos hablado en repetidas oportunidades y hasta hemos visto que se han encontrado momias de más de 5 mil años con tatuajes (como en el caso de Otzi, considerado el tatuaje más viejo de la historia).
Entre los primeros diseños que existieron, las líneas amplias y entrelazadas que terminaban en puntas y que se componían únicamente por un color eran el factor común. Es decir que más allá de que en los últimos 50 años este tipo de diseño revivió, volviendo a ser de los más frecuentes (cosa que hoy no es tan novedosa), los tatuajes tribales fueron de los primeros en existir. Por supuesto, de allí su nombre, pues se trataba de un diseño propio de las tribus y los clanes de la antigüedad, con especial mención de las tribus polinesias, como los maoríes y los samoanos. No obstante, también cabe mencionar que aunque estos son los ejemplos que nos resultan más fácilmente reconocibles, civilizaciones aún más antiguas tenían tatuajes similares, como por ejemplo los vikingos.
Hay un valor simbólico muy antiguo en los tatuajes tribales. Históricamente, además del sentido de identidad a cada miembro del grupo, a este tipo de diseño se los utilizaba con fines religiosos o espirituales, siendo un verdadero ritual ceremonioso en muchas ocasiones.