Opinión
Milagro y su río rebelde
Por Dr. Alexander Cajas S.
Milagreño de cepa, nacido a orillas del río me imagino similar a Macondo pero sin el lecho de piedras pulidas. Aquí no es un río pequeño pero rebelde que siempre trata de escapar de su lecho.
Su última salida hace pocos días, luego de 20 años de aparente calma, fue impresionante y desastrosa para los milagreños incluyéndome a mí, que vivo a pocos metros de su cauce y lo vi escapar rebosando poco a poco las calles. A mi patio llegó impertinentemente a introducirse en mi casa y destruyó libros, muebles, camas, refrigeradora, etc. Y pese a que las puse a buen recaudo no se pudieron salvar.
No tenía cómo sacar el carro. Me llamaron de la clínica por unos pacientes graves, y ahí sí la cosa se puso fea. Ya no soy el niño que se hundía en sus aguas para nadar. Tuve que calzar botas y caminar más de 1 kilómetro por encima de los palos que sostienen las rieles del tren, venciendo la correntada en medio de una ciudad toda llena de aguas servidas. Hasta me lesioné los pies.
Como la calle de mi clínica también se llenó de agua, debí atender a mis pacientes en zapatillas. Para colmo, por la noche nos quedamos sin luz y me salvó la campana mi teléfono celular, al cual normalmente le huyo.
Las pérdidas han sido cuantiosas. Meditemos: si Babahoyo dominó a su río, ¿por qué no nosotros?..