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Opinión
El negocio del voto
El “mercado electoral” en nuestro país ha cambiado mucho desde que Velasco Ibarra dijera: “Denme un balcón y ganaré la presidencia”. Ahora los candidatos ya no basan su éxito en el “cara a cara” con el electorado ya que se gastan millones de dólares en toda una “industria electorera” como: arriendos de locales para sedes, buses, refrigerios, personas de bulto, fabricación de gorras, camisetas, banderas, etc., publicidad en pancartas, medios y televisión, redes sociales y en los famosos “troles”.
Ahora se han cambiado los planes de gobierno por “consignas” que prometen de todo pero no el cómo, el cuándo ni con qué plata. Son regalos en lugar de los debates de propuesta y cuando hay debates son casi “shows morbosos” para disfrutar viendo quién destroza al otro con sus verborreas o sátiras. El aporte del candidato cuenta, pero no hay que descartar a los “donantes” y empresarios que financian a todos los partidos “ por si acaso” y existen dineros sospechosos que hasta se “lavan” en estas campañas.
Ahora no hay reglas claras o si se aplican solo es para el adversario político. Si su pueblo o ciudad está plagada a “full” por una campaña millonaria de un candidato , no dude que usted tendrá que pagarla más adelante y multiplicada por cien. Vote sin que anulen su sentido común, con buena memoria, siendo proactivo con la Patria y pensando en las generaciones futuras que heredarán sus equivocaciones o sus aciertos, cuando tuvo el privilegio de votar por el destino del país.